La entrada en vigor, el pasado 1 de febrero, del Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea y Japón abre nuevas oportunidades de negocio para las empresas exportadoras en aquel país, tercera economía del mundo y escaparate de primer orden para los mercados de la región asiática. El sector agroalimentario -y más concretamente el mercado del vino- es uno de los que resultará más beneficiado en este escenario.

De cara a las empresas españolas, este acuerdo tendrá una repercusión especial sobre tres aspectos concretos. En primer lugar, el reconocimiento de las indicaciones geográficas va a suponer que, de las 204 denominaciones de origen europeas, 42 españolas (bebidas, aceite de oliva, jamón y turrón, entre otras) van a estar protegidas en Japón. Por otro lado, la eliminación de barreras arancelarias pero también, y sobre todo, de las barreras técnicas, va a tener un enorme impacto, al admitir el país nipón como válidos estándares internacionales. En tercer lugar, las compañías españolas van a tener acceso a licitaciones japonesas.
Así lo explicó María Aparicio, subdirectora general de Política Comercial con Europa, Asia y Oceanía en una jornada organizada en Madrid por ICEX España Exportación e Inversiones, en coordinación con la Secretaría de Estado de Comercio, la agencia de promoción japonesa JETRO y la CEOE, con el objetivo de detallar cómo se presenta el nuevo escenario y de las ayudas que se pondrán a disposición de las empresas para que puedan aprovechar este nuevo escenario. Así, en orden a proporcionar mecanismos de información adecuados, el ICEX publicará a lo largo de 2019 más de 27 estudios y fichas sobre el mercado japonés, en sectores tan diversos como el porcino, la máquina-herramienta o la cosmética.

Exportación al alza
Japón es el segundo socio comercial de España en Asia, solo por detrás de China, con un volumen de intercambios que ha mostrado una evolución reciente muy favorable. En los últimos nueve años, las exportaciones españolas a Japón se han caracterizado por un marcado dinamismo, pasando de los 1.200 millones de euros que se vendían en 2009 a los más de 2.400 de 2017. Como indicaba la consejera delegada de ICEX, María Peña, “las empresas españolas y japonesas han demostrado ser excelentes socios globales. Si bien pueden ser competidoras en ciertos espacios, tienen también intereses estratégicos comunes en áreas como la automoción, el sector ferroviario, la desalación o la energía”.
En la actualidad hay siete empresas vascas implantadas en Japón, país que ocupa el puesto 34 en el ranking de destinos de las exportaciones desde la CAV si bien el volumen se ha ido incrementado en los últimos años, pasando de los 62.783 euros de 2015 a los casi 184.000 un año después, fundamentalmente material de transporte. La copa mundial de Rugby de este año, los Juegos Olímpicos de 2020 o la Expo 2025 en Osaka-Kansai son algunas oportunidades que pueden hacer crecer la balanza comercial entre Euskadi y Japón.