Ha sido formarse un gobierno sin mayoría absoluta y comenzar a hablar de acercamientos y acuerdos. Se empezó por los temas fiscales y el Concierto Económico y hemos pasado al tren de alta velocidad. Aunque todavía quedan algunos peros, como son los recursos ante el Tribunal Constitucional, es importante que se empiecen a tomar decisiones para que las obras de la Y vasca vuelvan a coger velocidad de crucero. Más allá de poner fechas que luego no se suelen cumplir, la última, la de 2019, lo importante y decisivo es retomar los trabajos. Estamos en el siglo XXI y Euskadi es una de las pocas comunidades autónomas que aún no cuenta con alta velocidad ferroviaria. Un auténtico dislate, máxime si se tiene en cuenta su posición estratégica de conexión de la Península con el resto de Europa. Pero el nuevo ministro de Fomento anunció en Lakua un desbloqueo y el Consejo de Ministros lo concretó en una nueva licitación de las obras del ‘nudo de Bergara’, de acuerdo a las soluciones técnicas acordadas por Adif y ETS. Además, se avino a negociar y pactar las entradas soterradas definitivas a Vitoria y Bilbao, con los respectivos ayuntamientos. Esperemos que esta vez sea la buena. Porque remar juntos te permite llegar más lejos, como ocurre en Euskadi con los temas de I+D+i, tal como quedo patente en la presentación de nuestra Guía de la Innovación. Una estrategia, basar el crecimiento sostenible en el conocimiento, que es asumida por todos y defendida como apuesta exitosa de país.