Las cuentas trimestrales han confirmado el avance de cierre de 2017 presentado hace un mes por el Eustat. En resumen, el pasado año fue un ejercicio de crecimiento estable y sostenido, manteniendo el nivel alcanzado por la economía vasca el año anterior. A algunos les parecerá poco, a otros, quizás mucho, en comparación con su situación particular. Pero mejor que entrar en un escenario de montaña rusa es consolidar la tendencia y esa línea indica que, paso a paso, vamos recuperando terreno. Se han creado 19.000 empleos y todos los sectores han aportado puestos de trabajo, incluida la construcción. También han crecido el consumo y la inversión. Y si hay que poner un ‘pero’ es que el consumo privado ha desacelerado su ritmo. Tras 13 trimestres creciendo por encima del 3%, se modera al 2,8%. De todas formas, no parece malo que el consumo no supere el nivel de crecimiento del PIB, para evitar que aumente el endeudamiento privado, cuando, además, la tasa de ahorro es baja. En una economía exportadora como la vasca, también ha sido destacable la aportación al crecimiento del sector exterior, toda vez que el comercio a nivel global tomó mayor dinamismo y de esta bonanza participamos los vascos. En definitiva, mantenemos unas bases económicas sólidas para continuar avanzando por esta senda, para mantener el ejercicio presente un nivel de crecimiento tranquilo, pero sin pausa. Sigamos así.