Las previsiones económicas de los más variados institutos, organismos públicos y sondeos confirman que nos encontramos en la buena senda. Se habla de que tras un ejercicio 2016 en positivo, habrá otros dos más, encadenando tres años consecutivos de recuperación. Con crecimientos cercanos al 3%, se conseguiría, al mismo tiempo, reducir la tasa de desempleo por debajo del 10%, ahora mismo situada en el 12,5%. Son unas estimaciones positivas, basadas en datos actuales y en diferentes factores que contribuyen a consolidar este escenario favorable, aunque manteniendo también algunos elementos de riesgo. Dificultades que hemos visto materializarse y concentrarse en la primera semana de julio, con cierres, ajustes y dificultades en media docena de empresas industriales vascas. Por ello, es necesario insistir para evitar volver a la crisis. Unas malas noticias que vuelven a poner sobre la mesa la necesidad de no relajarse, de pensar que ya está todo conseguido y que deben espolearnos a todos a continuar con las iniciativas de promoción industrial. Iniciativas como BIND 4.0, que busca atraer las mejores ‘startups’, vascas o internacionales en el ámbito de la Industria 4.0, con la posibilidad de llevar adelante sus proyectos de la mano, o en el seno, de empresas de referencia en el País Vasco. Una fórmula que, en su segunda edición, se antoja imprescindible, porque la actividad emprendedora no termina de despegar en Euskadi.