Otra de las iniciativas más importantes que afronta Euskadi en materia eléctrica es la línea de 400 kV Güeñes-Itsaso, cuyos trabajos ya han comenzado. La línea, que comenzó a tramitarse en 2009, transcurrirá por 26 municipios vascos y será clave tanto para las interconexiones con Francia y con la Cornisa Cantábrica, como para suministrar energía al futuro Tren de Alta Velocidad (TAV). “Es una línea crítica para la estabilidad, la interconexión y la seguridad del sistema eléctrico”, defendió en febrero en el Senado la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.
Con una inversión de unos 60 millones de euros, esta línea tiene un carácter estratégico, por lo que fue declarada de utilidad pública y está incluida en el Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica 2015-2020.
Ribera insistió en su comparecencia en el Senado que esta línea de doble circuito, que cruzará las tres provincias vascas, cuenta con “la preceptiva declaración de impacto ambiental”, que se concretó en una resolución de 22 de noviembre de 2012 de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente. Ribera defendió así la decisión de impulsar la construcción de esta línea por su carácter prioritario.