Combatiendo el despilfarro alimentario

De forma paralela a ser una industria fuerte y competitiva, el sector alimentario convive con otro retos, no menos importantes, como el de la sostenibilidad. En el recientemente celebrado Basque Circular Summit, Irati Bejarano, gestora de proyectos de Innovación del Basque Food Cluster, apuntó tres desafíos en materia de sostenibilidad que más impactan en el sector alimentario: la reducción de emisiones e impacto ambiental, la eliminación de envases y embalajes –o sustitución por otros más sostenibles– y la disminución y revalorización del despilfarro alimentario que en Euskadi se sitúa en la friolera de 311.558 toneladas al año, 142 kilos por persona.
El 44,7% del desperdicio se genera en los hogares, siendo comestible un 21% de este desperdicio. En ese contexto, la fundación Elika ha llevado a cabo la campaña ‘La comida no se tira’ enmarcada en la Estrategia Vasca contra el Despilfarro de Alimentos que desde 2018 impulsa la Viceconsejería de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria y que se integra en la iniciativa Basque Green Deal. 

El Gobierno vasco, por su parte, también recoge en su Estrategia 2030 los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), también conocidos como objetivos globales, que son un conjunto de 17 objetivos interrelacionados para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la paz y la prosperidad de toda la humanidad. 25 empresas vascas ya se han inscrito en la plataforma digital ODSFood, creada por el Basque Food Cluster y promovida y financiada por la Diputación de Gipuzkoa, que permite a las compañías conocer su punto de partida y progresos en la implantación de aquellos ODS en los que más afecta su actividad.

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