Las características de las sociedades laborales han permitido hacer frente a la situación económica derivada de la crisis del covid-19, según quedó de manifiesto en la Asamblea General de ASLE, en la que el lehendakari subrayó que la participación de las personas trabajadoras en la compañía “es la mayor palanca de trasformación empresarial y social”.

Tan solo un 15% de las alrededor de 300 sociedades laborales integradas en ASLE mantiene un ERTE en la actualidad, con lo que la mejora laboral ha sido notable desde el inicio de la pandemia, cuando la mitad de las empresas del colectivo tuvieron que recurrir a un expediente de regulación temporal de empleo. Así lo destacó Kepa Olivares, presidente de ASLE, en la Asamblea General de esta asociación empresarial que agrupa a las sociedades laborales y empresas participadas de Euskadi, celebrada en el Centro de Cultura Contemporánea Tabakalera, en Donostia-San Sebastián.
Olivares destacó que las características de las sociedades laborales han permitido hacer frente a la situación económica derivada de la crisis del covid-19 y subrayó la flexibilidad del modelo empresarial y de los socios-trabajadores, que ha ayudado a “acompasar mejor los niveles de actividad con los costes de la empresa, especialmente, los de personal”.
El presidente de ASLE también recalcó, entre las medidas que han favorecido el desarrollo de las sociedades laborales, el acceso a la financiación para reforzar el músculo financiero “ante la incertidumbre de un futuro indefinido”. “Las sociedades laborales y participadas –añadió– han demostrado nuevamente en esta situación adversa que son un ejemplo de entendimiento, coherencia, paz social y resiliencia”. Y destacó que tan solo una empresa asociada se ha visto obligada al cierre como consecuencia de la crisis del covid-19.

En la apertura de la Asamblea General de ASLE intervino la vicelehendakari y consejera vasca de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, quien destacó que en 2020, “en un momento de parón económico total durante más de dos meses y con una incertidumbre absoluta en el conjunto del año” a consecuencia de la pandemia, se hubieran creado nueve sociedades laborales nuevas, nueve proyectos de emprendimiento colectivo, “de solidaridad, de compromiso con el entorno y de creación de empleo”. Asimismo, Mendia puso en valor “la implicación de las personas trabajadoras en la orientación y gestión de las empresas”.
La vicelehendakari señaló que ASLE y las sociedades laborales “han estado a la altura” en un año extraordinario, en el que se crearon nueve sociedades laborales. De hecho, Mendia subrayó valores de las sociedades laborales como “el entendimiento colectivo, la implicación de las personas trabajadores, la solidaridad, el compromiso con el empleo de calidad y la cohesión social”.
Asimismo, subrayó el compromiso del Departamento que preside con las sociedades laborales y las empresas participadas, “un modelo de empleo que queremos extender para la próxima década” a través de la Estrategia Vasca 2030 para lograr un “empleo de calidad, inclusivo e igualitario, para conseguir que la nueva Euskadi que resulte de las transformaciones que vivimos profundice en la cohesión social a través del empleo”.
En este sentido, Mendia también recordó que el Gobierno vasco prepara, con el sector, el Primer Plan Estratégico de Economía Social en el que los valores de las sociedades laborales y participadas estos valores serán “un pilar fundamental” para “lograr un modelo de empresa sostenible, integradora y generadora de empleo de calidad”, y en el que “el emprendimiento colectivo va a ser uno de sus pilares fundamentales”.
El lehendakari, Iñigo Urkullu, fue el encargado de clausurar la Asamblea y en su intervención aseguró que Euskadi aspira a ser referente mundial en un modelo de empresa “con cara y ojos, humanista y al servicio de las personas”. Además, Urkullu subrayó que la participación de las personas trabajadoras en la empresa “es la mayor palanca de trasformación empresarial y social”. Además, el lehendakari puso a las sociedades laborales y participadas de Euskadi como modelo a la hora de “conjugar responsabilidad social y competitividad”.
Por otro lado, el lehendakari agradeció la trayectoria y experiencia de ASLE “en estos duros momentos de crisis” y planteó compartir su modelo de cara al futuro: “El que pone en el centro a la persona, el que apuesta fuerte por un crecimiento sostenible y un empleo de calidad”. Así, Urkullu señaló que durante la pandemia se han primado el servicio público de salud, la educación presencial o las ayudas de protección social y recordó que entre todas las instituciones públicas se ha realizado una inversión de 2.190 millones de euros para ayudar a las personas, familias y sectores más necesitados.
Sobre el futuro, el lehendakari Urkullu se mostró esperanzado y apuntó algunos indicadores positivos que afianzan la senda de la recuperación: el incremento de la “confianza empresarial”, el aumento de nuevas sociedades y el “crecimiento sólido” de la economía vasca, por primera vez en el último año.
“Hemos comenzado la recuperación y compartimos una voluntad de transformación en positivo –dijo por último–. Un espíritu y ambición que representa también ASLE. Un modelo que se resume en la idea de la empresa como proyecto común y que ha demostrado ser un modelo de éxito para mantener el empleo en los duros tiempos de la reconversión de los años 80, y también al servicio de la estabilidad y la calidad del empleo en la situación actual”.
Por otra parte, en la Asamblea de ASLE, Josetxo Hernández, gerente de la Asociación durante casi 40 años, presentó el libro recién publicado ‘La memoria del corazón. Una visión personal e introspectiva de la historia de las sociedades laborales’, y se homenajeó, asimismo, a las empresas que han cumplido 25 años como asociadas a ASLE.