El 1 de julio el Reino de España ha asumido la Presidencia del Consejo de la Unión Europea. Se trata de la quinta vez que lo hace desde que en 1986 se adhiriera a las Comunidades Europeas, hoy Unión Europea. Esta representación supone una gran responsabilidad al tiempo que una oportunidad que brinda la ocasión para dar a conocer la realidad territorial, económica y social de un Estado. En este caso, la Presidencia tendrá lugar en la antesala de unas elecciones generales cuyo desenlace es una incógnita y, como consecuencia, está llena de incertidumbres.El telón de fondo de la Presidencia es la guerra de Ucrania, cuya duración y resultado sigue
La pandemia del covid-19 ha puesto de manifiesto el valor de lo público. Se trata de una crisis simétrica con efectos asimétricos y su impacto económico global será mayor que el de la Gran Recesión. En Europa, el impacto será tan importante que, sin un impulso fiscal significativo, la Unión Europea podría colapsar. Por eso, la decisión del pasado 21 de julio de los jefes de Estado y de gobierno marcará un antes y un después en el largo proceso de integración del continente. El Consejo Europeo aprobó el 21 de julio un Fondo de Recuperación por 750.000 millones de euros que, sumado a los 1,074 billones de euros del Marco Financiero Plurianual