En mi trabajo como consultora estratégica me encuentro a menudo con una realidad que me preocupa: un número significativo de empresas pequeñas y medianas de nuestro entorno no tienen Consejo de Administración. O lo tienen, pero no está profesionalizado. A menudo están dirigidas por las personas propietarias o fundadoras y dudan de la necesidad de contar con esta herramienta de liderazgo. Creen que es un órgano elitista, que no les puede aportar valor o que no se lo pueden permitir. La realidad es bien distinta: si aprovechan el conocimiento de personas expertas externas, las empresas pueden acelerar su crecimiento y prosperar en un mundo em