Fournier se fundó en 1870 como un taller de impresión, si bien no fue hasta 1877 cuando empezó a imprimir sus conocidos naipes. Casi desde el principio, la empresa tuvo una gran proyección internacional, debido al creciente interés que los juegos de mesa iban teniendo en el mundo. Sus diseños y calidad de producto pronto convirtieron a Fournier en una empresa de prestigio internacional, avalado, además, con reconocimientos como la medalla de bronce en la Exposición Internacional de París y, anteriormente, en Burdeos. Sin embargo no fue hasta la década de los años 50, gracias a la ambición de Félix Alfaro Fournier, nieto del fundador, que la