Una nueva estrategia para el campo

{ Desarrollo rural La ley aprobada en junio por el Parlamento vasco busca posicionar el medio rural en un plano de igualdad respecto al resto del territorio

La nueva Ley de Desarrollo Rural de Euskadi considera el desarrollo sostenible del medio rural vasco como un factor fundamental en la cohesión económica, social y territorial del conjunto de la comunidad autónoma. Además, esta normativa refuerza el trabajo comarcal que se lleva a cabo actualmente con las Asociacio- nes de Desarrollo Rural (ADR), con la creación de una nueva Red de Desarrollo Rural y de un servicio de gestión (Lurralde) en la Fundación HAZI.

El Parlamento vasco aprobó el pasado mes de junio la nueva Ley de Desarrollo Rural de Euskadi, elaborada por el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, en colaboración con las diputaciones forales, y que recoge las aportaciones de los agentes sectoriales implicados, esta nueva normativa. La nueva ley sustituye a la actualmente vigente, que data de 1998, y marca una nueva estrategia de desarrollo rural, al considerar el desarrollo sostenible del medio rural vasco como un factor fundamental en el desarrollo y la cohesión económica, social y territorial del conjunto de Euskadi, avanzando hacia una concepción de desarrollo en línea con la Política de Cohesión Territorial que impulsa la Unión Europea.

Así, la nueva ley cuenta con un enfoque ‘rural proofing’ (‘lente rural’), buscando que las distintas políticas que se diseñen tengan en cuenta su afección en el espacio rural vasco. Para ello se prevé que los planes, programas e iniciativas institucionales que afecten a las zonas rurales, con carácter previo a su aprobación, deberán ser sometidos a informes vinculantes por lo departamentos competentes en materia de desarrollo rural, tanto del Gobierno vasco como de las diputaciones forales.

La norma contempla la implantación de una nueva gobernanza avanzada que actúe transversalmente en el medio rural, reforzando el trabajo de las ADR.

También contempla la implantación de una nueva gobernanza avanzada que actúe transversalmente en el medio rural, y pretende reforzar el trabajo que realizan actualmente las Asociaciones de Desarrollo Rural (ADR). Las ADR podrán suscribir un convenio de colaboración plurianual con el Gobierno autonómico y la diputación foral correspondiente. Asimismo, se prevé la creación de un nuevo servicio de gestión orientado al desarrollo territorial, dentro de la Fundación HAZI, denominado Lurralde. 

Y, además, plantea la creación de una nueva Red de Desarrollo Rural, en la que se integrarán cargos institucionales y técnicos de Gobierno vasco, Diputaciones, Eudel, ACOA-AKE (Asociación de Concejos de Álava), Cuadrillas, Hazi (Lurralde), Asociaciones de Desarrollo Rural, Grupos de Acción Local, y, en general, todo tipo de organizaciones territoriales y sectoriales de referencia y agentes implicados en el despliegue de los Programas Comarcales de Desarrollo Rural.

Factor fundamental  El objeto de la ley consiste en posicionar el medio rural vasco como un factor fundamental en el desarrollo y la cohesión económica, social y territorial del país, de manera que se incorpore, en pie de igualdad, al resto del territorio en términos de innovación, modernidad y emprendimiento y, con ello, ayude a lograr una nueva visión, más integrada, de país. Todo ello, sin obviar el papel estratégico que la actividad agraria juega en la gestión territorial y medioambiental de Euskadi, además de su papel económico y proveedor de alimentos.
Esta nueva Ley persigue, por tanto, que el desarrollo sostenible de las zonas rurales contribuya al desarrollo de Euskadi en su conjunto, para que estas zonas sean lugares atractivos donde vivir y emprender, desde una perspectiva de cohesión e igualdad de oportunidades. En la actualidad, se estima que un 8% de la población de Euskadi vive en zonas rurales, porcentaje que viene experimentando un ligero crecimiento en los últimos años. Esta tendencia se ha visto propiciada, recientemente, por la situación ocasionada por la pandemia.

Menos explotaciones agrarias, pero más grandes

En Euskadi había 12.919 explotaciones agrarias en 2020, un 21,8% menos que las registradas en 2009, según el Censo Agrario elaborado recientemente por Eustat. La superficie agrícola utilizada disminuyó en menor medida (un 5,4%), debido al descenso de las tierras para pastos permanentes, ya que las tierras labradas aumentaron un 3,1%. También crecieron la superficie dedicada al olivar y a frutales, y los cultivos herbáceos (barbechos y huertos para autoconsumo). El único descenso afecta a la superficie de viñedo (un 0,5%). Por su parte, las explotaciones ganaderas dedicadas a la cría o engorde de ganado caprino eran las únicas que aumentan, frente a las correspondientes a aves, porcinos, bovinos y ovinos. Sin embargo, el número de cabezas por explotación aumentó, salvo en el caso de los ovinos. Además, en 2020 había en Euskadi 424 explotaciones agrarias con superficie agrícola utilizada certificada o en proceso de conversión ecológica. También habían aumentado las explotaciones ganaderas ecológicas. Cabe señalar, asimismo, que la edad media de la persona jefa de explotación era en 2020 de 57 años y medio. Una cuarta parte, mujeres, con una edad media de casi 60 años. La presencia de mujeres como jefas de explotación había descendido en cinco puntos porcentuales en 2020 respecto a los datos recogidos en el censo anterior, siendo 34,5 mujeres jefas de explotación por cada 100 hombres jefes.

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