Un año más, la operación logística continúa respondiendo a los retos que afrontamos desde que todo cambió con la pandemia. Entonces, la logística fue calificada como esencial. Ahora, otra vez se encuentra en el centro de la crisis bélica. La dependencia de los corredores afectados por la guerra de Ucrania ha obligado no sólo a diseñar rutas alternativas, sino también a resolver la encrucijada energética que supone el alineamiento de los países productores con uno y otro bando. Pese a ello, ha mostrado su robustez, evitando disrupciones.
Y a pesar de todo, la vida sigue y continuamos consumiendo. La pandemia impulsó la compra online. Con los operadores respondiendo con eficacia, el crecimiento de la entrega a domicilio es exponencial. La digitalización, junto con las tecnologías que lleva asociadas, ha conseguido una preparación y operación de pedidos más ágil y controlada, que proporciona al usuario un seguimiento continuo de sus pedidos, avisos de entrega y otras ventajas. Incluso se están ofreciendo propuestas complementarias, como el montaje de mercancías.
Esta mejor experiencia de compra que alimenta el crecimiento ha detonado la preocupación por el incremento del tráfico, el ruido o la contaminación que implica la distribución urbana de mercancías (DUM). Así, la DUM se presenta como un área de especial atención para los gestores de núcleos urbanos.
En una vista global, la DUM es el último eslabón de una cadena de transporte en la que los corredores transnacionales intermodales y conectados constituyen una oportunidad. Es necesario liberar las carreteras del transporte de mercancías y en ese reto participan tanto el ferrocarril, como el barco o el avión. Aunque, combinarlos requiere infraestructuras y plataformas conectadas tanto física como digitalmente.
Hay otras tendencias en el sector: los megacamiones, por la capacidad que ofrecen; los modelos colaborativos de transporte; o la mejora tecnológica continua, que tan buenos resultados ha supuesto hasta ahora. Es decir, hay opciones más allá de la transformación energética de las flotas, necesaria, pero más lenta.
Un año más, la logística –y de ella, la operación–, se desvela como un sector esencial que responde con la seguridad que le proporciona estar preparado. Y un año más, su reto es continuar el camino de la digitalización y de la gestión, que están detrás de este resumido panorama.