Los vascos calculan que, cuando se jubilen, necesitarán 1.226 euros para vivir, 200 euros por encima de la pensión media de jubilación actual. Son también los que a edad más temprana empiezan a ahorrar para la jubilación, en torno a los 31 años. Y lo hacen en su mayoría contratando un plan de previsión, un producto de ahorro voluntario destinado a acumular capital para complementar las futuras pensiones de la seguridad social, exclusivo para residentes en Bizkaia, Araba y Gipuzkoa, y cuya regulación y supervisión corresponde exclusivamente a la Comunidad Autónoma Vasca. Una de sus principales características es que las EPSV de carácter individual, no así las de empleo, se pueden rescatar a partir de los 10 años de la primera aportación. Tienen el mismo tratamiento fiscal que un fondo de pensiones o un Plan de Pensiones Asegurado (PPA).

Las Entidades de Previsión Social Voluntaria del País Vasco gestionan un patrimonio que el pasado mes de junio superaba, por primera vez, los 23.000 millones de euros, cifra que representa el 34% del PIB de Euskadi, cuadriplicando los sistemas de pensiones del Estado (9,5%).
Prestaciones
Por sistemas, el patrimonio de las entidades de modalidad de empleo superaba al de las individuales, si bien ambos se encuentran por encima de los 11.000 millones de euros. A su vez, las prestaciones satisfechas por dichas entidades a lo largo del primer semestre del año alcanzaron los 467 millones de euros, ratificando la senda emprendida hace cinco años, con prestaciones anuales superiores a los 900 millones. No obstante, las aportaciones hasta junio registraban un descenso del 4% sobre el mismo periodo de 2015 debido a la ausencia de nuevas incorporaciones al sistema de colectivos significativos, así como a la crisis, la reducción de los límites fiscales y, según la Federación de EPSV de Euskadi, “a la ausencia de una política de promoción y divulgación de la previsión social complementaria desde las instituciones”.
En este sentido, la Federación convocaba el pasado mes de octubre, en vísperas de las elecciones, a los partidos con representación parlamentaria para debatir en torno al futuro de las pensiones y presentar las demandas que el sector tiene sobre este asunto y que pasan por un nuevo plan de previsión social complementaria que sustituya al anterior, ya vencido; que se incluya la educación en materia de pensiones desde la etapa escolar; que se publiquen periódicamente las cifras de rentabilidad, en aras a una mayor transparencia; un mayor impulso de los planes de empleo y que donde ya existen, las aportaciones se incluyan en la negociación colectiva.