Laboral Kutxa descarta la recesión pero rebaja hasta la previsión de crecimiento, en un escenario marcado por la incertidumbre

Ibon Urgoiti, director de Desarrollo de Negocio de Laboral Kutxa, y Joseba Madariaga, director del Departamento de Estudios de Laboral Kutxa. Foto: Joserra Blasco

Laboral Kutxa no prevé que Euskadi –y el conjunto del Estado– entren en recesión, aunque en el contexto internacional no podría descartarse esta situación en algunos países, dada la elevada incertidumbre. Por ello, la entidad ha corregido a la baja sus estimaciones de crecimiento del PIB para 2023.
Así, si a finales de junio preveía una tasa de crecimiento del PIB del 2,7% en el País Vasco y el 3,2% en España, las nuevas estimaciones se sitúan en el 1,3% y el 0,8%, respectivamente. No obstante, la entidad aumenta las perspectivas que hizo entonces para el cierre de 2022, y calcula que el PIB habrá crecido en Euskadi no el 3,6% estimado hace siete meses, sino el 4,2%. Y en España, el 5,3%, frente al 4% previsto.
En cuanto al empleo, Laboral Kutxa calcula que habrá crecido en 2022 un 3,1% en Euskadi y un 3,7% en el conjunto del Estado, dejando la tasa vasca en el 8,4% y la española, en el 12,8. Para este año se estima una desaceleración en la creación de puestos de trabajo –en línea con la evolución de la economía–, que sería del 1,1% en el País Vasco y de nueve décimas en España, lo que situaría las tasas de desempleo en el 8,5% y el 12,9%, respectivamente, al cierre del ejercicio.
El informe de Perspectivas Económicas de Laboral Kutxa fue presentado en Bilbao por el director de Desarrollo de Negocio de la entidad, Ibon Urgoiti, y el director del Departamento de Estudios, Joseba Madariaga, los cuales advirtieron de la dificultad de separar “el ruido de la tendencia” a la hora de hacer las estimaciones.
En cualquier caso, el Departamento de Estudios de la entidad considera que, a nivel internacional, se aprecia una clara ralentización en Europa y EE. UU., con una bajada en la Eurozona de una décima, dadas las malas expectativas de países como Alemania, Francia y Reino Unido. En cuanto al IPC, el informe destaca lo elevado de las tasas medias esperadas para 2022, y lo elevada que seguirá siendo en 2023, así como la diferencia entre EE. UU. y la Eurozona, lo que indica la persistencia del problema en Europa.
Según explicó Joseba Madariaga, los precios cerrarán 2022 con una subida media en la Eurozona del 8,5%; en 2023 se estima que crecerán el 6,3% de media, un índice más alto que el 4,1% estimado para Estados Unidos, lo que podría acarrear subidas adicionales de tipos de interés. “La duda es cuánto subirán los tipos los bancos centrales”, añadió.
En España, la media del crecimiento del PIB estimada por los expertos es del 4,5% en 2022 y del 0,8% en 2023. Además, se prevé que la inflación media se haya situado al cierre del pasado año en el 8,6% y que caiga prácticamente a la mitad (4,4%) en este año.
Centrándose ya en los mercados más cercanos, el director del Departamento de Estudios de Laboral Kutxa subrayó la corrección al alza de sus estimaciones de julio de 2022 para el cierre de ese ejercicio, y la “clara ralentización” que evidencian los datos para 2023, lo que ha llevado a la entidad a recortar a la mitad su últimas previsiones. 
Porque, como señaló Madariaga, el escenario, marcado hoy por la desaceleración de las principales economías, la escalada de los precios (aunque se va moderando), la política monetaria de los bancos centrales y la guerra en Ucrania y sus consecuencias, “está lleno de incertidumbres”.

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