La UE reenfoca la PAC

{ En Euskadi se considera positiva la reforma de la política agraria europea, que avanza en la subsidiariedad aunque no hasta el nivel deseado por las instituciones vascas

Las pequeñas y medianas explotaciones, propias de la economía familiar, se verán beneficiadas con la nueva normativa europea.

El mantenimiento de los fondos asignados, el Pago Redistributivo –que beneficia a las pequeñas y medianas explotaciones, propias de la economía familiar–, el incremento de ayudas para vacuno de leche y ovino, y la instauración del llamado ‘mecanismo de buena ejecución’ en el ámbito del fondo Feader, son algunos de los aspectos positivos para Euskadi de la nueva PAC que, además, avanza en la subsidiariedad.

Para afianzar el papel de la agricultura europea en el futuro, la Política Agraria Común (PAC) ha ido evolucionando a lo largo de los años en respuesta a circunstancias económicas cambiantes y a las exigencias de la ciudadanía. En junio de 2018, la Comisión Europea presentó propuestas legislativas para una nueva PAC, esbozando una política más sencilla y eficiente que incorporara las ambiciones sostenibles del Pacto Verde Europeo.

Tras extensas negociaciones entre el Parlamento, el Consejo de la UE y la Comisión Europea, se alcanzó un acuerdo sobre la reforma de la PAC y la reformada política agraria se adoptó formalmente el 2 de diciembre de 2021.

Se ha reforzado el componente ambiental, el apoyo a la agricultura familiar y al relevo generacional, y a la presencia de la mujer.

La nueva PAC está vigente desde el 1 de enero de 2023, y presenta como novedad su estructuración en Planes Estratégicos (PE) nacionales, uno por cada Estado miembro. Euskadi abogó por planes estratégicos regionales en aquellos Estados federales o regionales pero, finalmente, los reglamentos comunitarios no lo contemplaron. El Plan español fue aprobado el 31 de agosto. Está dotado hasta el año 2027 con un total de 34.000 millones de euros para todo el periodo. De ellos, según las previsiones, 65 millones anuales corresponderán a Euskadi; una cifra muy semejante a la registrada en el periodo anterior.

Rasgos positivos  En líneas generales, se puede concluir que esta nueva PAC presenta algunos rasgos que desde Euskadi se pueden considerar positivos, tales como el mantenimiento de los fondos asignados, el Pago Redistributivo, -que beneficia a las pequeñas y medianas explotaciones, propias de la economía familiar- el incremento de ayudas para vacuno de leche y ovino, y la instauración del llamado ‘mecanismo de buena ejecución’ en el ámbito del fondo Feader, que posibilitará a las comunidades autónomas que alcancen cotas altas de ejecución obtener fondos adicionales de otras con menores cotas de ejecución. El buen nivel tradicional de Euskadi hace prever que se pueda beneficiar de dicho mecanismo.

La reforma avanza, asimismo, en la subsidiariedad de los Estados miembros, pero que no ha llegado al nivel regional que hubiese posibilitado al País Vasco una mayor autonomía en el apoyo a las personas que se dedican a la agricultura y ganadería.

 Cabe señalar, por otra parte, que dentro del Segundo Pilar (fomento del desarrollo rural) se incluyen un paquete de medidas de naturaleza muy diversa y es a través de ellas donde Euskadi ha tenido un mayor margen de maniobra para actuar, tanto sobre los sectores productivos, agrario y agroalimentario, como sobre el medio rural. Con todo ello, se ha reforzado su componente ambiental, el apoyo a la agricultura familiar, al relevo generacional y a la presencia de la mujer.

 

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