La promoción de comportamientos saludables en los entornos laborales tiene una incidencia directa a nivel económico, pero también social e individual, tal y como pusieron de manifiesto los expertos participantes en la jornada organizada en Bilbao por APD y Osalan, en la que se abordó la mejora de la salud en las empresas como herramienta para gestionar la competitividad .
En términos económicos, se señaló, “se puede hablar de un aumento de la productividad, competitividad y sostenibilidad de la empresa”, ya que según los datos manejados, “por cada euro invertido se estima una rentabilidad de entre 2,5 y 4,8 euros”. Pero, además, las actividades de promoción de la salud en las organizaciones permiten una disminución del absentismo laboral así como una disminución de los costes sanitarios y de Seguridad Social, al tiempo que ayudan a mejorar el clima laboral, la productividad o la calidad de vida de los trabajadores.
En opinión del director general de Osalan, Alberto Alonso, trabajar con satisfacción y en buenas condiciones fomenta la implicación de las personas, el interés por la mejora continua y la competividad, por lo que considera “fundamental desarrollar la colaboración entre los agentes e integrar la prevención de riesgos en la gestión de las compañías.