La inversión en redes de mayor capacidad es una apuesta clara en Euskadi, independientemente del sector en el que se realicen (transportes, energía, TIC…). Y, entre ellas, las de telecomunicaciones hoy en día son esenciales para la sociedad y la economía.
Así, por ejemplo, el cable submarino Marea, un cable de fibra óptica construido por Facebook y Microsoft, que une España y Estados Unidos, está anclado en Sopela (Bizkaia). Este es el cable submarino de mayor capacidad que cruza el Atlántico, ya que cuenta con ocho pares de fibras y una capacidad de 200 Tbps. Además, su ruta está más al sur que la de otros cables trasatlánticos, lo que ayuda a garantizar una conexión más resistente y fiable entre Estados Unidos y Europa.
En cuanto al sector telco, este año estaba llamado a ser crucial para el despliegue de la quinta generación de las tecnologías móviles. Con las primeras experiencias comerciales de 5G en marcha por parte de Vodafone, la subasta del espectro de la banda de 700 MHz, liberada en el segundo dividendo digital, iba a suponer su despegue, pero la crisis sanitaria también ha afectado a esta tecnología llamada a revolucionar el internet en movilidad.
Al mismo tiempo, las instituciones hacen un esfuerzo para evitar que haya núcleos de población, generalmente rurales, apartados de estas redes. Por ello, el Gobierno vasco, en colaboración con las tres diputaciones forales, creó el Observatorio Vasco de Banda Ancha Ultrarrápida para dar soporte a las diferentes administraciones y operadoras en los proyectos de extensión de las redes de internet. Para la implantación de la banda ancha en estas zonas ha sido imprescindible la colaboración público-privada para acceder a más de 450 polígonos y a más de 48.000 hogares en zonas rurales de Euskadi. El Gobierno vasco, junto con las tres diputaciones, ha invertido 20 millones de euros en ayudas a operadores para que extiendan sus redes por las zonas rurales del territorio.