Bilbao fue sede entre los días 22 y 24 de octubre del XXVI Congreso Nacional de la Empresa Familiar que, organizado por el Instituto de la Empresa Familiar (IEF), con la colaboración de la Asociación de la Empresa Familiar de Euskadi Aefame y el patrocinio de Banco Santander y KPMG, reunió a alrededor de 600 empresarios familiares, bajo el lema ‘La fuerza de las personas’. En el acto de apertura del congreso participaron el lehendakari del Gobierno vasco, Iñigo Urkullu; el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá; el presidente del IEF, Andrés Sendagorta, y el rey de España, Felipe VI.
En su discurso, Sendagorta reivindicó el “papel clave” que tienen las personas en las empresas familiares y en la economía española. “Las personas son el verdadero motor y la clave del éxito de tantas empresas familiares”, destacó. El presidente de la asociación puso en valor también la labor realizada por las empresas familiares que, a su juicio, “muestran un cuidado diferencial de sus trabajadores, una visión a largo plazo, una gran prudencia en lo financiero y un especial arraigo a la tierra”, señaló.
El lehendakari, Iñigo Urkullu,  destacó en su intervención que la empresa familiar es una seña identidad de Euskadi y puso en valor su espíritu porque “emprender no es nada sencillo, los comienzos son complicados y mantener la actividad a lo largo de los años lo es todavía más”, remarcó. Asimismo, aprovechó el foro para reclamar los Perte regionales para que los fondos europeos dirigidos al tejido productivo se “empleen con éxito en los proyectos estratégicos”.