Basque Food Cluster ha puesto en marcha el proyecto Ingurulabel, a través del cual se calculará la huella ambiental de los productos y se trasladarán los resultados a un etiquetado fácilmente comprensible por las personas consumidoras. Las firmas Artomaña Txakolina, Casa Eceiza, Illargui, Sidras Zelaia, Udapa y Vascolac estudian sumarse al mismo.
Seis empresas de la industria alimentaria de Euskadi (Artomaña Txakolina, Casa Eceiza, Illargui, Sidras Zelaia, Udapa y Vascolac) se han propuesto evaluar y comunicar el desempeño ambiental de sus productos, con el objetivo de reducir su impacto ambiental, anticiparse a los cambios normativos y dar respuesta a las exigencias de las personas consumidoras en materia de comunicación ambiental. Para ello, Basque Food Cluster, asociación referente de la cadena alimentaria de Euskadi, ha puesto en marcha el proyecto Ingurulabel, a través del cual se calculará la huella ambiental de los productos y se trasladarán los resultados a un etiquetado fácilmente comprensible por las personas consumidoras. 
El proyecto cuenta con la colaboración del grupo de distribución Eroski, empresa clave en la tracción del sector agroalimentario vasco y referente en el impulso a las producciones locales y la sostenibilidad, que promoverá la participación de sus proveedores locales en el proyecto. 
Ingurulabel está íntegramente financiado por la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno vasco, Ihobe, mediante el programa de ayudas Pyme Circular 2022. 

La iniciativa de Basque Food Cluster está apoyada por el grupo Eroski y financiada de forma íntegra por Ihobe 

Anticipación
El proyecto persigue anticiparse a la entrada en vigor de nuevas normativas que regulan la comunicación de los impactos medioambientales de los productos lanzados al mercado. Es el caso de la propuesta de directiva Green Claims de la Unión Europea, cuya aprobación se prevé para 2025, y que tiene como objetivo combatir el denominado ‘greenwashing’, como se conoce a las malas prácticas que dan visibilidad a las credenciales medioambientales de una empresa o producto cuando éstas, en realidad, son irrelevantes o infundadas. 
Para que las empresas de la cadena alimentaria vasca estén preparadas ante este contexto, el proyecto Ingurulabel establecerá un plan de actuación orientado a calcular la huella ambiental de los productos, identificando las contribuciones y las áreas de mejora de las empresas participantes. Posteriormente, se analizarán los aspectos de valor a comunicar a las personas consumidoras y la manera de hacerlo a través del packaging, priorizando criterios de transparencia y claridad en la comunicación. 
Basque Food Cluster está integrado en la actualidad por más de 130 empresas líderes de sus respectivos subsectores, que cooperan para afrontar conjuntamente el reto de impulsar una alimentación más saludable y sostenible.