Harsco producirá su asfalto sostenible desde julio en su nueva instalación alavesa de 30.000 m²

El asfalto SteelPhalt reducirá hasta un 50% las emisiones de C02 respecto al tradicional. Foto: Harsco

Harsco Environmental, una de las tres ramas que componen el grupo americano Enviri y que tiene su sede española en Getxo-Las Arenas (Bizkaia), comenzó en enero la obra para levantar una planta en Murga (Álava) en la que, desde el mes de julio, comenzará a fabricar su asfalto sostenible SteelPhalt con las escorias procedentes de las acerías. Se trata de una marca registrada de asfalto que actualmente la firma produce en tres plantas del Reino Unido y que se ha propuesto expandir a nivel global. 
Como explica Javier Carrillo, director comercial de SteelPhalt, el plan consiste en “importar toda esa experiencia del Reino Unido aquí -en Euskadi-”, para después extenderlo progresivamente en otros territorios como Turquía, Brasil o Estados Unidos, entre otros. Para ello, contará con un recinto de 30.000 m² con una nave de 15.000 m², instalaciones que tendrán una capacidad para producir hasta 250 toneladas de asfalto cada hora. También tendrá un laboratorio de 600 m² “totalmente equipado para hacer todos los ensayos a áridos y mezclas bituminosas recogidos en el PG3 y la norma de firmes de País Vasco”, explica, así como personal experimentado del Reino Unido para formar a los empleados. 
Solución integral
En cuanto a la fórmula para producir el nuevo asfalto, Harsco se nutrirá de los residuos que genere la siderurgia vasca, que “de otra forma acabaría en vertedero, mientras nosotros lo convertiremos en asfalto de altas prestaciones tratando el árido desde el principio hasta el final, utilizando hasta un 95% de escorias en la mezcla”, asegura. En este sentido, confía en “alcanzar el 98% de materiales sostenibles en las mezclas en un futuro cercano”, ya que en Reino Unido, tras “muchas investigaciones, pruebas y ensayos, lo han conseguido hace unos años”. 
Con todo, Carrillo calcula una reducción de “hasta el 50% de emisiones de CO₂ respecto a las mismas mezclas fabricadas con áridos naturales, teniendo en cuenta la capacidad de producción de unas 200.000 toneladas por año” que tendrá la nueva planta. Y, además de “dar solución a los problemas de los residuos y de las emisiones”, el asfalto producido tendrá “propiedades físicas y mecánicas que superan al tradicional, por lo que el beneficio es doblemente bueno”, incide Carrillo. 
En cuanto a la materia prima, Harsco ya ha “cerrado acuerdos con varias empresas vascas” y cuenta con el beneplácito tanto del Gobierno vasco como del resto de instituciones territoriales y locales, aunque reconoce que “no hay escorias para cubrir las necesidades de asfaltado de la región”, por lo que “el propósito es hacer uso primeramente de este recurso y que las Administraciones cubran el resto con áridos naturales”. 
Por otro lado, respecto a los clientes, Carrillo avanza que “ya hemos comenzado la ronda de contactos” con sus potenciales clientes, las asfalteras y constructoras, mientras que en breve se dirigirá a los ayuntamientos del País Vasco “para que nos conozcan y sepan que pueden usar este asfalto sostenible”.
Nuevas mezclas
Por último, en clave de futuro, y “en función de la acogida” de SteelPhalt, la idea de Harsco pasa por “empezar a asociarnos con universidades y grupos de trabajo” para hacer ensayos, trabajar en requerimientos que le pida la administración, hacer pruebas con reciclado de escorias, lignina, etc. para “poder hacer aquí nuevas mezclas sostenibles”, afirma.
De hecho, la firma ya cuenta con “mezclas especiales de alta resistencia al desgaste y la deformación para zonas industriales, por ejemplo”, fórmulas que “iremos implementando de forma gradual”.

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