La edad cronológica es algo irrelevante por lo que no debería etiquetarse a los trabajadores por la edad. En opinión de María Dolors Solé, del Centro Nacional de Condiciones de Trabajo del INSHT, “todo va a depender de cómo nos cuidemos”. La experta ofreció pautas y líneas de actuación sobre “cómo gestionar, que no frenar, el envejecimiento de la población”, en el II Congreso sobre la Gestión de la Edad en las Organizaciones, organizado por Fundación San Prudencio en Vitoria Gasteiz.
Tras las palabras de la presidenta de la Fundación, Yolanda Berasategui, y de la diputada foral de Servicios Sociales, Marian Olabarrieta, tomó la palabra el ingeniero José Luis Cordeiro quien defendió su tesis de que en 27 años el envejecimiento será curable, por lo que morir será opcional. “Estamos ante el fin de la edad humana para entrar en una nueva era posthumana”, afirmó.

La 4ª generación
El Servicio de Prevención Mancomunado San Prudencio ofreció los resultados de un estudio desarrollado entre sus empresas para conocer las semejanzas y diferencias entre las personas trabajadoras jóvenes y las de más edad, que se completó con una ponencia de Osalan sobre la vigilancia de la salud en el trabajo a partir de los 55.

Una mesa redonda en la que participaron representantes de CC.OO., Confebask, Osalan y Protón Electrónica analizó el reto de gestionar la edad en las organizaciones. Una segunda, moderada por el presidente del CRL, Tomás Arrieta, abordó el presente y futuro de un mercado de trabajo actualmente “pequeño y envejecido”, dominado por la tecnología, causa de que muchas personas se vean desplazadas en lo laboral. En el debate participaron representantes de Randstad, el Observatorio Vasco de Acoso y Discriminación, Accenture, UGT Euskadi y Mercedes Benz España. Finalmente, el presidente Ejecutivo de Garrigues, Fernando Vives, abogó por los Derechos Humanos de la 4ª Generación. En la clausura, la consejera de Trabajo María Jesús San José animó a colaborar para evitar la expulsión del talento y la experiencia.