Expertos urgen en DeustoForum a abrir una vía de confianza recíproca entre el sector público y privado, dejando a un lado sesgos e inercias dañinas

Juanjo Álvarez, profesor de la UPV, y Juan Tomás Hernani, CEO de Satlantis, abogan en la Universidad de Deusto por crear una cultura de cooperación eficiente y sostenible que consideran es una oportunidad para Euskadi

Juan Tomás Hernani, José Luis del Val y Juanjo Alvárez, en la Universidad de Deusto. Foto: Universidad de Deusto

La colaboración público-privada es un ámbito en el que los países del mundo tienen distintas sensibilidades y experiencias. En el caso de Europa, que vive desde hace meses un contexto geopolítico de alta complejidad, las inyecciones de los fondos de recuperación en los presupuestos públicos han ayudado a afrontar los retos sociales más urgentes, pero será la relación entre el sector público y privado la que determine en un futuro la eficiencia y la capacidad de transformación de nuestras sociedades. 
Es por ello por lo que, con el objetivo de ahondar sobre las ventajas y oportunidades de innovación y transformación que pueden surgir de esta colaboración, DeustoForum ha acogido, el 19 de enero, el encuentro “La encrucijada de la colaboración público-privada para la efectiva transformación económica”, que ha contado con Juan Tomás Hernani, CEO de Satlantis, iniciativa privada dirigida al mundo del espacio, y Juanjo Álvarez, catedrático de Derecho Internacional Privado de la UPV/EHU. Moderados por José Luis del Val, catedrático de Ingeniería de Deusto, los expertos han conversado sobre la naturaleza de los diferentes modelos existentes, citando ejemplos de éxito en el ámbito internacional, nacional y local, y abordando las certidumbres del marco legal, los riesgos que producen los modelos mediocres y la oportunidad para Euskadi de una buena implementación de un modelo público-privado.
En primer lugar, Juan Tomás Hernani ha destacado que vivimos en una economía de mercado en la que el gasto público, que en España ronda en la actualidad en un 50% gracias a los fondos europeos de recuperación, se gestiona atendiendo a prioridades que carecen de transparencia y de una estructuración clara. Por ello, considera que es clave compartir el proyecto de desarrollo económico y social y “quitar la niebla”, alabando modelos de empresas vascas que lograron expansión y éxito gracias a la colaboración público-privada, como ITP o Gamesa, o señalando casos de monopolios e iniciativas públicas que, gracias a la privatización, tuvieron un excelente desarrollo y aportaron grandes beneficios sociales, como Telefónica, Repsol o Indra.
Por su parte, el profesor Alvárez ha afirmado que “es imposible llegar a colaborar cuando se demoniza el concepto de lo privado y los mercados generan desconfianza”. Es por ello por lo que lo público tiene que adquirir pulsión y acompañar a lo privado, ya que se disponen de todas las herramientas para alcanzar un consenso. De hecho, según ha comentado el responsable de Satlantis, el nacimiento de Internet y de la nanotecnología fue posible gracias al apoyo del sector público, por lo que considera que la cooperación hace más eficiente el sistema y que, pese a que exista el cinismo y la búsqueda del beneficio propio, las plusvalías de lo privado deberían revertir en el sector público, y viceversa. Como ejemplo de la eficiencia de esta relación, Juan José Alvárez ha puesto de relieve el caso del Hospital de Birmingham, en la que una buena gestión de la inyección de capital privado garantiza a día de hoy las estancias de enfermos de larga duración. 
Por lo tanto, ambos expertos coinciden en la necesidad de armonizar los distintos intereses, impulsando marcos legislativos y modelos de colaboración que tiendan puentes y que no pongan diques. Aunque no tiene buena prensa que el Estado arriesgue, consideran que las compras públicas deberían hacerse en clave de innovación, independientemente del producto o servicio que se adquiera, ya que es necesario ocupar esos espacios para poder crecer. A este propósito, proponen una actuación pública y fuerte mediante la creación de un cuerpo o agencia estable, que acompañe y defienda el proyecto a largo plazo, independientemente de qué partido político gobierne, ya que “las personas, tanto en lo público como en lo privado, pueden tener conductas desviadas, pero eso no puede condicionar la visión ni la legislación de las iniciativas”. 
En este sentido, para abrir una vía de confianza recíproca entre el sector público y privado, hacen un llamamiento a la cooperación, dejando a un lado sesgos e inercias dañinas, buscando ejemplos en sociedades similares que puedan inspirarnos a ser más eficientes y sostenibles y formándonos para lo público, ya que no solo es cuestión de estructuras, sino de desarrollar una cultura de solidaridad entre personas. 
Concluyen así que combinar ambas dimensiones y salir del bucle de conflictividad y del debate político que contamina todos los discursos es clave para desarrollar un buen modelo de trabajo en red. En esta línea, creen en un acuerdo entre Osakidetza y el sector privado para solventar el colapso del sistema sanitario público vasco, primera fuente de gasto público, así como impulsar la colaboración interuniversitaria en la formación e investigación y desarrollar una dimensión interterritorial que aúna y no duplique esfuerzos. 

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