Euskadi en una posición sólida para consolidar un ecosistema de IA competitivo y avanzado

Laura Marrón, directora general de BAIC

Laura Marrón, directora general de BAIC.

Euskadi avanza con paso firme en la construcción de un ecosistema de Inteligencia Artificial (IA) sólido y con proyección internacional. El verdadero salto cualitativo dependerá de la capacidad del territorio para reducir dependencias externas, cerrar brechas formativas, garantizar un acceso equitativo a infraestructuras y reforzar la adaptación normativa. La coordinación entre sector público, empresas, agentes científico-tecnológicos y entidades formadoras es crítica en esta etapa.
Desde 2023, BAIC ha impulsado un mapa de más de 1.200 agentes vinculados a la IA, junto a un catálogo de más de 150 casos de uso documentados. Estas herramientas muestran aplicaciones en distintos sectores, identifican tendencias y buenas prácticas, y sirven de inspiración para nuevas iniciativas.

La IA ya no se percibe solo como tecnología emergente, sino como un eje estratégico para la alta dirección. Sin embargo, persisten barreras. Según The Art of AI Maturity de Accenture, solo el 12% de las empresas ha alcanzado suficiente madurez en IA y apenas el 8% ha logrado escalar soluciones de forma transversal.

En Euskadi, las pymes que han adoptado IA han mejorado hasta un 30% su productividad y un 8,7% su facturación. Su tasa de adopción (12,2%) supera la media estatal (11,3%) y se acerca a la europea (13,5%). Además, el 80,4% de los agentes vascos ha vivido cambios culturales por la introducción de IA, lo que demuestra que no se trata solo de un reto tecnológico, sino también organizativo.

El ecosistema cuenta con más de 9.500 profesionales dedicados a IA y un compromiso creciente con la formación: el 57,8% de los agentes ya forma a sus equipos y un 65% de quienes aún no lo hacen prevé comenzar en breve.

El despliegue responsable de la IA exige avanzar en confianza pública, gobernanza y ética, talento y capacidades, infraestructuras, gestión de datos, ciberseguridad, innovación, sostenibilidad e impacto social. Integrar estas palancas permitirá no solo adoptar, sino escalar con éxito la IA en organizaciones y administraciones.

En Euskadi tenemos los mimbres para situarnos como referente europeo en la aplicación ética, sostenible y competitiva de la IA. La oportunidad está en nuestras manos: aprovechar el talento, la colaboración y la visión compartida para transformar los retos en palancas de futuro.

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