Las infraestructuras sociales, las económicas y las energéticas y medioambientales serán las prioridades de un programa extraordinario de inversión de 250 millones que acaba de poner en marcha el Gobierno vasco y que contribuirá a superar los 1.600 millones de capacidad inversora del Ejecutivo autonómico durante el próximo ejercicio.

La capacidad inversora del Gobierno vasco para el próximo año será superior a 1.600 millones de euros, sumando los más de 1.000 millones que se contemplarán en los Presupuestos de la Comunidad Autónoma de Euskadi de 2022, los fondos que llegarán procedentes de la Unión Europea, y los 250 millones de euros de un plan extraordinario que se acaba de lanzar.
El primer anuncio de este aumento de la capacidad inversora del Ejecutivo lo hizo el lehendakari, Iñigo Urkullu, en la parte más económica de su intervención en el Pleno de Política General. Pocos días después, el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, reiteraba que la inversión es “una variable clave, estratégica” para el Gobierno vasco, recordando que en 2021 el capítulo de inversiones del Presupuesto creció en torno al 9%, de manera que ya se le dio un “impulso especial”. Azpiazu añadió que este año se quiere dar un “impulso adicional”, que tendrá “implicaciones en 2022”.
Así, si en este ejercicio el presupuesto inicial de inversión ha sido de unos 1.000 millones, Azpiazu expresó el deseo del Ejecutivo de que esa cuantía “crezca de manera relevante en 2022”. Por otro lado, se esperan nuevas partidas de fondos europeos de la iniciativa REACT-EU y del Mecanismo para la Recuperación y Resiliencia (MRR).
Y a todo ello se suman los 250 millones del Programa Extraordinario de Inversiones que acaba de poner en marcha el Gobierno, con un importe de 250 millones euros, de los que 170 comenzarán a ejecutarse este mismo año.

El programa engloba un ambicioso plan de inversiones para impulsar las grandes apuestas para los próximos años y poder abordar con garantías las tres grandes transiciones que tenemos por delante: la transición tecnológica-digital, la energético-climática y la social y sanitaria, esta última marcada por el reto demográfico.
Según se ha explicado desde el Ejecutivo, “la Administración de la Comunidad Autónoma vasca se encuentra en estos momentos en una situación económico-presupuestaria que aconseja maximizar la inversión pública apurando los límites que son permitidos y esta capacidad adicional y extraordinaria de inversión se destinará a actuaciones concretas a ejecutar en el periodo 2021-2024”.
Las prioridades del programa se agrupan en tres ámbitos principales. En primer lugar, las infraestructuras sociales -educativas, socio-sanitarias, culturales y vivienda-, con proyectos que recogerán el 50% del programa. En segundo lugar, las infraestructuras económicas (industriales, tecnológicas y digitales), cuyo objetivo es “intensificar la transformación y diversificación de la industria y los servicios avanzados”.
Los recursos también irán destinados a infraestructuras energéticas y medioambientales para situar a Euskadi “a la cabeza de las nuevas fuentes de energía renovable, la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático”.
En su discurso en el Pleno de Política General, el lehendakari también calificó como prioritarias a las infraestructuras de comunicaciones, “porque es el momento –dijo– de acelerar los proyectos en marcha en materia ferroviaria y portuaria”. Además, en su intervención, Urkullu realizó un ofrecimiento para analizar “conjuntamente” unos Presupuestos “expansivos y con un fuerte componente de inversión pública”, y poder alcanzar un acuerdo.