Covila mantiene su producción a pesar de la caída de las exportaciones

La bodega alavesa apuesta por los vinos de crianza. Foto: Covila

La cooperativa vitivinícola de Rioja Alavesa Covila ha culminado su último ejercicio (cerrado el 31 de agosto de 2023), que su gerente Pablo Sampedro, define como “muy complicado, con continuos altibajos en las ventas, en las sensaciones del mercado y en las expectativas de los clientes”. Ello se ha traducido en una caída del 5% en la facturación, manteniendo la producción. “La bajada procede de las ventas en el exterior, con mercados todavía muy tocados por las diferentes crisis (covid, Ucrania…), así como por la finalización de nuestras exportaciones a Rusia, uno de nuestros principales mercados en los últimos años”, explica Sampedro.
Tras un buen comienzo de año, el último trimestre del ejercicio ha sido, señala el gerente de Covila, “muy negativo para las ventas en el exterior con un frenazo importante y muchas dudas sobre la evolución a futuro”. Con su estrategia, la cooperativa de Lapuebla de Labarca persigue incrementar las ventas de productos con mayor valor añadido, principalmente, con vinos criados. Dicha estrategia requiere, según Sampedro, “disponer de un nivel adecuado de existencias que van criándose en bodega hasta que alcanzan las características de cada categoría en tiempo de permanencia en barrica y en botella”. En su opinión, “en un mundo tan cambiante, planificar a cuatro o seis años vista es complicado”. Considera, además, que “tenemos un nivel adecuado de existencias para nuestros niveles de venta, si bien financiarlo se ha vuelto mucho más caro por la subida de los tipos de interés”. En este contexto, Covila no prevé inversiones a corto y medio plazo.

La cooperativa de Rioja Alavesa ha notado un ligero trasvase de ventas de sus vinos más caros hacia otros de gama media, más económicos, y un aumento de la demanda de blancos y rosados

Nuevas tendencias
La cooperativa percibe cambios en las tendencias de consumo de vino, también a nivel internacional. “Los jóvenes que empiezan a beber vino, buscan sabores más afrutados, vinos más ligeros, frescos, con menos graduación, lo que favorece un mayor consumo de vinos blancos y rosados. Cada vez hay más mujeres que se introducen en el mundo del vino y también ellas persiguen este perfil de vino, que difiere del producto tradicional que hemos hecho en la DOCa Rioja”, señala Sampedro. La bodega ha notado esta tendencia con un aumento de las ventas de sus vinos blancos y rosados en los últimos años.

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