Si bien comenzaron tímidamente, fundamentalmente digitalizando sus colecciones con el fin de preservarlas mejor y facilitar su acceso a investigadores y al público en general y abriendo sus primeros sitios web, la transformación digital coge ritmo en los museos vascos. A comienzos de año el Gobierno vasco presentaba MuseoTIK, un espacio para el personal de los museos, ciudadanía y agentes culturales que deseen conocer, disfrutar y colaborar del patrimonio vasco.

Con el objetivo de dar a conocer el patrimonio cultural local, a comienzos de año el Gobierno vasco presentaba MuseoTIK, un portal en el que se encuentran catalogadas y digitalizadas colecciones, fondos, objetos y documentación de todos los museos y entidades patrimoniales de Euskadi. Así, la nueva plataforma nace como herramienta de colaboración, dirigida a unos 300 profesionales y trabajadores de los museos, así como al resto de instituciones públicas, universidades y ciudadanía.

El entonces consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, fue el encargado de presentar la herramienta junto con cerca de 40 agentes museísticos, y adelantó que “la plataforma MuseoTIK es un punto de encuentro entre la ciudadanía y los museos, una oportunidad inmejorable para conectar con el patrimonio y disfrutar de contenidos valiosos. En este sitio web hay digitalizados objetos, piezas, obras de arte, manuscritos o documentos catalogados, lo que permitirá a cualquier persona crear, a partir de ellos, nuevas historias y relatos. El trabajo realizado en los últimos años en la digitalización de las colecciones ha supuesto la puesta a disposición del público, de una forma accesible y sencilla, de los fondos que conforman nuestro patrimonio”.

Modelos híbridos

Y según avanza la transformación digital en los museos, la evolución hacia modelos híbridos, combinando experiencias físicas y digitales, que ofrecen una experiencia complementaria, es, cada vez, más clara. La tendencia es a ofrecer servicios como recorridos guiados, tanto presenciales como virtuales, y permitir que las colecciones sean accesibles desde cualquier parte del mundo.

Las nuevas tecnologías, especialmente ‘big data’ y la inteligencia artificial, permiten además la personalización de la experiencia, incluyendo recomendaciones de exposiciones, contenido basado en los intereses de los usuarios o incluso itinerarios adaptados a las preferencias personales de cada visitante.

La digitalización también ha posibilitado que los museos sean más accesibles. Por ejemplo, la creación de contenidos en formatos como audioguías, subtítulos, y plataformas para personas con discapacidades visuales o auditivas están facilitando que un público más diverso y amplio pueda disfrutar de las colecciones. En este sentido, el Museo de Bellas Artes de Bilbao es un referente con su programa Arte para Tocar, un programa pionero dirigido a personas con discapacidad visual, que integra la experiencia táctil dentro de la práctica museográfica mediante un dispositivo didáctico que reproduce en relieve una selección de obras de la colección y que, a partir de las cinco obras táctiles producidas inicialmente en 2012, cuando se puso en marcha el programa con la colaboración con Iberdrola, ha ido ampliando su oferta hasta los nueve paneles actuales, entre los que se incluye una nueva producción en 2024: el relieve en plata ‘Eva’, de Nemesio Mogrobejo.

Además, y paralelamente a la ampliación física (en fase de ejecución el proyecto ‘Agravitas' de los arquitectos Norman Foster y Luis María Uriarte), el Museo ha emprendido una importante transformación en su orientación estratégica y, a lo largo de 2025, prevé lanzar el proyecto ‘Arteder. Plataforma digital del conocimiento’, con el fin de hacer accesible el patrimonio artístico y documental que ha reunido a lo largo de su historia. Tecnológicamente asentada sobre un grafo del conocimiento, la nueva plataforma digital integra las bases de datos expertas de la institución, de forma que la información gráfica e historiográfica sobre las obras de la colección, los artistas, el museo y su contexto conformarán un repositorio con todos los recursos, disponibles e interrelacionados, en un único entorno de consulta.

De este modo, la nueva plataforma digital será la herramienta fundamental para la divulgación online del conocimiento del museo. Al mismo tiempo, los perfiles en redes sociales y los canales de email apoyarán la estrategia de difusión para conectar con nuevas audiencias. Los objetivos del Museo de Bellas Artes de Bilbao con Arteder, pasan por hacer universalmente accesible el patrocino artístico y documental íntegro de la pinacoteca; ser un referente de consulta e investigación artística; y crear y fidelidad una comunidad digital de intereses artísticos y culturales.

Las principales magnitudes de Arteder son: más de 6.000 obras de la colección, más de 1.600 artistas, más de 51.400 referencias bibliográficas, más de 15.000 documentos de archivo, más de 240 exposiciones y más de 280 contenidos multimedia.

Así, uno de los objetivos de la nueva plataforma es incentivar y enriquecer la visita física al museo a través de contenidos que inviten a profundizar en los programas expositivos y de actividades. Ambos entornos, físico y digital, se retroalimentarán. Por un lado, el contenido publicado en digital mejorará cualitativamente la visita presencial y, por otro, incorporará a los relatos digitales las narrativas generadas por la actividad del museo.

Pero como en todo sitio web, una de las claves será medir los datos de uso para orientar su evolución y su adaptación a nuevas necesidades, por lo que el proyecto incorpora un ambicioso plan de analítica digital. Estudiando los datos de cómo las audiencias interactúan con el contenido del museo, éste afinará la estrategia de comunicación digital, además de obtener la trazabilidad de los usuarios que entran en la web para informarse sobre el museo y su programa y finalizan con una inscripción en una actividad o comprando una entrada. En este sentido, la segmentación y gestión online de públicos será uno de los siguientes retos que contribuyan a una mejor experiencia de visita, física o digital.

El Museo Guggenheim Bilbao también ha estado a la vanguardia de la digitalización. No solo en cuanto a la integración de tecnologías en las exposiciones, sino también en la creación de una plataforma digital robusta que permite disfrutar de su contenido de forma remota. Además, el museo fue uno de los primeros en incorporar realidad aumentada y experiencias inmersivas para los visitantes con el fin de enriquecer su visita.

Así, ‘Art in the Age of the Internet’, organizada en 2018, fue una muestra que se centró en el impacto de la tecnología digital e internet en el arte contemporáneo, y la realidad virtual fue uno de los medios clave utilizados. En este contexto, Guggenheim Bilbao presentó obras creadas específicamente por realidad virtual por artistas que exploraban las posibilidades del mundo virtual. Al año siguiente, ‘El mundo flotante’, de Olafur Eliasson, incorporó una serie de experiencias inmersivas, entre las que se encontraba una obra de realidad virtual.

Con motivo de su 20 aniversario, el museo presentó una serie de eventos y exposiciones especiales para celebrar su historia y su impacto en la escena cultural global. En este contexto, incorporó realidad virtual en algunas de las actividades especiales, creando una serie de experiencias inmersivas para explorar tanto las colecciones del museo como las características arquitectónicas del edificio diseñado por Frank Gehry. A través de la realidad virtual, los visitantes pudieron experimentar una perspectiva diferente, explorando su arquitectura de forma digital.

En ‘Mundos flotantes’, en 2022, Guggenheim Bilbao exploró las relaciones entre el arte contemporáneo y las representaciones del cosmos. Para esta muestra se utilizaron tecnologías digitales, para crear experiencias inmersivas que permitían a los visitantes ‘viajar’ a través de paisajes cósmicos y explorar la visión del universo desde distintas perspectivas. Y entre los ejemplos más recientes, ‘I See You, I See Myself’, una obra de la artista británica Cecile B. Evans, presentada en 2023. La instalación utilizó la realidad virtual para abordar temas como la identidad, la inteligencia artificial y la relación entre los seres humanos y las máquinas. En esta obra, los visitantes podían interactuar con avatares virtuales y explorar mundos generados por computadora, enfrentándose a preguntas sobre la percepción y la autodefinición en un entorno tecnológico.

Además de estas exposiciones específicas, Guggenheim Bilbao ha presentado a lo largo de los años diversas muestras de videoarte y arte digital que han incluido componentes de realidad virtual. Estas obras han invitado a los visitantes a interactuar con el espacio virtual, a veces de forma individual, otras veces de forma colectiva, lo que les ha permitido experimentar de manera más profunda los temas que los artistas exploran.

Al igual que el Museo de Bellas Artes de Bilbao y Guggenheim Bilbao, Artium ha integrado tecnologías digitales en sus exposiciones, programas educativos y en la gestión de su colección, buscando transformar la forma en que el público se relaciona con el arte. Así por ejemplo, ha desarrollado una plataforma en línea que permite acceder a su colección permanente de arte contemporáneo. Esta herramienta digital ofrece una experiencia interactiva a los usuarios, quienes pueden explorar las obras en detalle a través de diferentes filtros de búsqueda (por artista, estilo, año, etc.). Esta plataforma no solo proporciona información sobre las piezas, sino que también incluye imágenes de alta calidad, descripciones y contexto histórico y artístico.

Además de la colección permanente, la plataforma incluye acceso a exposiciones temporales pasadas y proyectos especiales, lo que facilita la preservación digital de las obras y permite que más personas puedan acceder al arte de forma remota. El museo incorporó, además, las visitas virtuales y los itinerarios interactivos a raíz de la pandemia, de manera que los visitantes pueden navegar por las salas del museo desde sus dispositivos, utilizando ‘interfaces’ de fácil manejo que les permiten ‘caminar’ por el espacio, hacer ‘zoom’ en las obras y obtener información adicional. Algunas exposiciones también han incorporado realidad aumentada, como ‘**Exposición’, de Víctor Vasarely’  cuando se utilizó la realidad aumentada para amplificar la experiencia perceptual del visitante, permitiéndole interactuar con las obras de arte. Al utilizar dispositivos móviles o tabletas proporcionadas por el museo, los visitantes podían ver las transformaciones y efectos visuales de las obras de Vasarely en tiempo real.

Artium también ha desarrollado su propia aplicación móvil para mejorar la experiencia del visitante dentro del museo. La aplicación permite acceder a la información sobre la programación actual, consultar detalles sobre las exposiciones, obtener información sobre los artistas, y disfrutar de contenido exclusivo, como videos y entrevistas. La ‘app’ también ofrece audioguías interactivas, proporcionando una guía personalizada para cada visitante.

Dentro del propio museo, ha integrado pantallas táctiles y dispositivos interactivos en sus exposiciones para ofrecer contenido adicional y permitir que los visitantes participen activamente con las obras y utiliza las redes sociales y las plataformas digitales para mantener el contacto con su público. A través de Instagram, Twitter y Facebook, comparte contenido visual, anuncios de nuevas exposiciones, entrevistas con artistas, y hasta pequeños videos de eventos en vivo, lo que ayuda a generar un mayor compromiso y a atraer audiencias tanto locales como internacionales.

Y al igual que otros museos, Artium está trabajando en la digitalización de su colección para mejorar la conservación de sus obras y hacerlas más accesibles al público. A través de tecnologías avanzadas de escaneo y fotografía, el museo ha creado archivos digitales detallados de muchas de sus piezas, que se pueden explorar tanto en línea como en dispositivos interactivos dentro del museo. Sin embargo, en relación con la inteligencia artificial, el museo permanece atento a los desarrollos y sobre todo a los debates que se están produciendo en este terreno, con sus complejidades y contradicciones. “En los recientes Encuentros de Centros de Documentación -recordaban desde el museo- hubo varios ponentes invitados que hicieron referencia a sus posibilidades y riesgos. Al margen de esta posición de escucha, Artium no tiene programas específicos en este momento con intervención de esta tecnología”.

Turismo digital

Y las nuevas tecnologías llegan también al turismo: plataformas digitales y aplicaciones móviles como la ‘app’ ‘Euskadi Touring’ o la aplicación ‘Bilbao Turismo’, que facilitan la navegación y el acceso a servicios turísticos durante la estancia; la posibilidad de reservar alojamientos, entradas a museos y eventos culturales a golpe de clic; personalización de las experiencias a través de ‘big data’ y pronóstico de afluencia… las nuevas tecnologías avanzan por todos los sectores y el turismo, no está exento.

En el caso de Donostia, una de las herramientas clave para el turismo digital es la ‘app’ oficial ‘Donostia Tour’, que proporciona a los turistas acceso a toda la información relevante sobre la ciudad: información en tiempo real sobre lugares de interés, monumentos, rutas turísticas, y eventos culturales; geolocalización y rutas personalizadas; y contenido multilingüe.

Además, rutas turísticas como las que pasan por la Parte Vieja o el Puerto de San Sebastián, han implementado realidad aumentada, de manera que a través de aplicaciones móviles, los turistas pueden visualizar elementos históricos o escenas del pasado superpuestas en su entorno físico. Por ejemplo, pueden ver representaciones virtuales de cómo eran los edificios históricos en diferentes épocas.

También el Museo San Telmo ha integrado la realidad virtual en algunas de sus exposiciones, permitiendo a los visitantes vivir experiencias inmersivas relacionadas con la historia del País Vasco y la ciudad de San Sebastián. Además, las exposiciones interactivas utilizan pantallas táctiles y multimedia para ofrecer información adicional y más detallada sobre las piezas expuestas.

Incluso se ha comenzado a explorar el uso de tecnologías como la inteligencia artificial y el ‘big data’ para analizar las preferencias gastronómicas de los turistas y personalizar la oferta. Estas son aplicadas, también, en festivales gastronómicos como el Festival de la Gastronomía de San Sebastián, que ya ha utilizado tecnologías interactivas para ofrecer experiencias de ‘cooking shows’ y talleres gastronómicos a través de plataformas online, alcanzando una audiencia global.

Y en Vitoria, la Catedral Santa María se ha aliado desde 2020 con la realidad virtual para acercarse más al visitante. La nueva experiencia inmersiva del templo gótico permite realizar un viaje en el tiempo casi completo por todo el entorno del edificio. Las primeras piezas ofrecían una visión desde el exterior de la Catedral, para pasar posteriormente al interior del templo. A día de hoy, la realidad virtual salta a la muralla y a los restos situados a pocos metros de la catedral.