Las baterías de litio-ion son una de las tecnologías con mayor proyección en el almacenamiento energético. Es el tipo de batería que más se instala actualmente y se espera que su implantación crezca aún más.

Este tipo de baterías serán un instrumento vital para optimizar el consumo de energía y permitirán abrir nuevas vías de negocio a empresas relacionadas con la movilidad, las energías renovables y otros sectores.
Su evolución tecnológica y su popularización han venido de la mano del desarrollo del vehículo eléctrico. En los últimos cinco años, la densidad energética de las baterías de litio-ion (su capacidad de almacenamiento respecto al peso) ha mejorado un 25%, su vida útil se ha prolongado un 30% y los precios se han reducido un 40%. Esto está generando una gran oportunidad para la industria, que podrá emplear baterías de litio-ion competitivas en numerosas aplicaciones.
Para obtener el mayor rendimiento de la inversión es necesario definir el dimensionamiento más adecuado para cada aplicación y determinar las mejores estrategias de operación para optimizar su gestión. En IK4-Ikerlan trabajan más de 30 personas para seleccionar la mejor tecnología y adaptarla a las aplicaciones de sus clientes.
El centro tecnológico de Arrasate-Mondragón es uno de los actores clave del sector en Euskadi. “Nuestra capacidad para desarrollar aplicaciones con un alto grado de seguridad empleando tecnologías digitales y nuestra experiencia en la integración y el dimensionamiento de las baterías son algunos de los valores que nos distinguen”, afirma Unai Viscarret, director de la unidad de Energía y Electrónica de Potencia del centro.
IK4-Ikerlan colabora con firmas como CAF, Orona o Iberdrola Renovables. “Ayudamos a las empresas a desarrollar o integrar de forma competitiva los sistemas de almacenamiento de litio-ion en sus productos y trabajamos para encontrar las aplicaciones más interesantes de cara al futuro”, añade.