Alineada con la estrategia RIS3, el Plan de Industrialización y el PCTI2020, la fabricación avanzada se convierte en una ‘estrategia de país’, crítica en la competitividad industrial, para lo que se movilizan recursos públicos y programas.

La fabricación avanzada vasca, Basque Industry 4.0, se plantea en el seno de la Estrategia de Especialización Inteligente como el elemento clave de la competitividad industrial. En un nuevo ejemplo de colaboración público-privada, se está desplegando toda una batería de iniciativas, que se analizan desde el Grupo de Pilotaje de Fabricación Avanzada. La digitalización de los procesos industriales, el big data, la robótica colaborativa, los sistemas ciberfísicos, la ciberseguridad, el mantenimiento predictivo... son campos en los que adentrarse.
Líneas de apoyo
Para acompañar esta apuesta estratégica las instituciones han abierto o reorientado líneas de apoyo. Así, el Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno vasco, a través de SPRI, lanzó la convocatoria de los programas Basque Industry 4.0 e Industria Digitala. El primero de ellos está dotado con 2,5 millones de euros, un 20% más que en 2015, y apoya proyectos de investigación industrial y desarrollo experimental que incorporen las transferencia de tecnología de proveedores tecnológicos a industrias manufactureras. El segundo, Industria Digitala, cuenta con un presupuesto de 2,7 millones de euros y apoya proyectos relacionados con la incorporación de tecnologías digitales para automatizar la producción de pymes manufactureras.

Por su parte, la Diputación de Gipuzkoa ha puesto en marcha el Plan Industria 4.0, que está dotado con un total de 3,1 millones de euros y tiene cinco líneas de actuación.