Además de una buena idea de negocio y una estudiada estrategia, lanzarse a la conquista de nuevos mercados exige músculo financiero para afrontar al menos las tensiones iniciales, y paciencia y perseverancia, porque los resultados normalmente se suelen hacer esperar.
Para abordar con algo más de desahogo el proceso, y pensando en la pyme, pero también en la microempresa, el Gobierno vasco ha puesto en marcha dos nuevos programas de ayudas, el Pilotu -dirigido a pymes con proyectos piloto de inversión pública en el exterior- y el Sakondu -destinado a pymes fuertemente internacionalizadas, cuya actividad exportadora sea superior al 50% de su facturación total y que precisan mejorar su posición competitiva en determinados mercados, programa al que destinará una partida de 800.000 euros-. Ambos se suman a los ya existentes Gauzatu Implantaciones Exteriores, Global Lehian, Elkartzen y Landhome.
Por su parte, también las entidades financieras han buscado posicionarse con las empresas en su estrategia de internacionalización. Además de la actividad netamente crediticia, cada banco ha buscado diferenciarse ofreciendo servicios exclusivos. Para el negocio internacional, las empresas vascas cuentan, además, con la financiación, el impulso y el aval de Elkargi, la mayor sociedad de garantía recíproca del Estado.