Ayudas estructurales y coyunturales para fortalecer el sector primario

{ Instituciones Las administraciones vascas mantienen sus programas habituales de apoyo y lanzan planes de choque para hacer frente a las dificultades originadas por la situación socioeconómica

El sector primario está sufriendo la coyuntura económica.

Tradicionalmente, las instituciones vascas han prestado una especial atención al primer sector. La pandemia de covid-19, primero, y la guerra en Ucrania, después, con las consecuencias socioeconómicos que ambas circunstancias han provocado, han llevado a las administraciones a reforzar ese apoyo, incluso con planes de choque específicos, adaptados al impacto que han sufrido las explotaciones agropecuarias.

Tanto el Gobierno vasco como las tres diputaciones forales y muchos ayuntamientos de Euskadi mantienen tradicionales programas e iniciativas de apoyo al sector primario. Por ejemplo, en materia de emprendimiento, como reflejan las ayudas que ponen en marcha las diputaciones de Álava. Bizkaia y Gipuzkoa para facilitar la incorporación de jóvenes, que permitan el necesario relevo generacional que rejuvenezca el tejido productivo agrario y atraiga nuevos proyectos innovadores.

También ayudas para que las nuevas empresas obtengan rendimientos económicos adecuados y superen los constantes cambios en materia productiva, comercial o de digitalización. Asimismo, para la modernización de explotaciones agrarias y ganaderas de cara a buscar una mayor viabilidad y competitividad de estas, así como una mayor profesionalización.
La instituciones forales, en función de la geografía y la diversificación del sector primario en sus territorios, ofrecen ayudas concretas, como las destinadas a la compensación en zonas de montaña y otras zonas con limitaciones naturales significativas; ayudas agroambientales y climáticas y otras destinadas a la promoción de la agricultura ecológica, y apoyo económico a los ayuntamientos para la delimitación de terrenos de suelo rural. Un aspecto importante, que está tomando cada vez más relevancia, es la digitalización del sector.

A los temas habituales (emprendimiento, innovación, digitalización...), se suman las ayudas de choque para paliar los efectos de la pandemia y la guerra.

La Diputación de Álava, por ejemplo, ha dado un nuevo paso en el proceso de digitalización en el que está inmerso el departamento de Agricultura y ha puesto en marcha el portal ‘Nekararaba’, la aplicación a través de la que ganaderos, agricultores y viticultores podrán llevar a cabo sus trámites digitales y relacionarse con la institución foral. La Diputación de Gipuzkoa, por su parte, ha lanzado un programa pionero que prevé digitalizar en 10 años las lindes de las parcelas de todo el suelo rural.

Planes de choque  Además de los programas tradicionales, la pandemia y la guerra en Ucrania han llevado a las instituciones a ampliar sus ayudas o a activar planes de choque, como el que en junio diseñó la Diputación de Bizkaia para abordar la crisis y, además, los retos estructurales del sector primario a corto y largo plazo. Un plan estructurado en 10 medidas de implantación inmediata dotadas con 1,87 millones de euros para frenar las consecuencias de la enfermedad y el conflicto bélico. Entre las medidas orientadas al corto plazo destacaba, por su cuantía, una línea de ayudas directas, dotada con 1,2 millones, para paliar la pérdida de rentabilidad de las explotaciones debido al incremento de precios de las materias primas.

Existen también apoyos directos de otra instituciones, como el Gobierno vasco, que en septiembre pasado convocó ayudas extraordinarias, por valor de 14,1 millones, para apoyar a las explotaciones agroganaderas y paliar las dificultades originadas por el incremento de sus costes de producción tras la invasión rusa a Ucrania; o el Gobierno central, que en noviembre firmó un convenio para destinar 11,95 millones de euros del Plan de Recuperación Fase II para la modernización de regadíos en Rioja Alavesa.

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