Han pasado más de 25 años desde que entré a trabajar en el sector. Y ya desde antes, desde que era niño, he oído hablar de la máquina-herramienta, de la innovación, de la internacionalización y de la entrada de pedidos, palabras que formaban parte del lenguaje familiar en casa. Desde siempre he sentido orgullo de pertenencia a un sector que prestigiaba a todo un país, un sector muy combativo, que quería mejorar y crecer, y que lo que hacía quería hacerlo bien. En todo este tiempo, he visto como algunas empresas se agrupaban y aliaban, como otras competían duramente entre ellas y también como algunas cerraban injusta y tristemente.
Hemos sido un sector muy activo a nivel internacional (recuerdo personalmente haber acudido a 14 ferias en un mismo año), y eso nos ha abierto la mente a lo que necesitaban nuestros clientes industriales y a lo que hacían los mejores. Sin complejos y con trabajo, el sector fue aprendiendo a desarrollar equipos más complejos y a incorporar tecnología. A finales de los 90 decidimos apostar por la I+D+i y estuvimos como sector en el origen de diversos centros tecnológicos como Tekniker, Ideko, Fatronik (luego Tecnalia), Koniker, Aotek, etc. Creo que la combinación de la I+D, la observación de los mejores y el espíritu internacional, es una herramienta letal para competir y para crecer. Esta inversión nos ha llevado paulatinamente a dejar de hacer las máquinas más sencillas y a movernos por los lugares más alejados del planeta.
Recuerdo cuando nuestro producto estrella en arranque eran las fresadoras de bancada de tamaño medio, y cuando nuestro grueso de ventas se centraba en España, Francia y Alemania. Hoy hablamos con naturalidad de multifuncionalidad, de digitalización, de aplicación pieza, de soluciones completas altamente automatizadas, etc. ¡De proyectos de 3, 5 o hasta 120m€! En todo este recorrido que empezaron nuestros pioneros hace más de 100 años y hasta ahora, hemos ido seleccionando los productos, los sectores y las aplicaciones en las que podíamos ser los mejores, y hemos ido decantando, especializando, diversificando y apostando. Y todo esto ha dado sus frutos, pienso que, sin exagerar un ápice, en muchos de aquellos productos y aplicaciones que hemos elegido, somos ya los mejores. Atrás han quedado muchos alemanes e italianos, que han pasado de ser observados con admiración a admirarnos a nosotros. Somos sin duda los líderes del mundo en el fresado, y también los mejores en muchas aplicaciones de torneado y rectificado. La calidad, la precisión y la productividad son nuestros drivers y cobramos nuestros productos premium a su justo precio.
Pero este viaje no acaba, hemos llegado con mucho trabajo a donde otros ya estuvieron, disfrutemos y reconozcámonos como lo que somos, y recordemos qué nos ha traído hasta aquí. Hemos de seguir apostando por la I+D+i (esto significa arriesgar e invertir decididamente), por la excelencia en la gestión, por entender al cliente y darle lo que necesita. Con humildad. Llegar arriba cuesta, mantenerse es quizás aún más difícil. Seamos conscientes de lo conseguido y ... ¡a por más!