Las empresas vascas están llamadas a dar un ‘gran salto’. Y nosotras, como dirigentes empresariales, estamos implicadas en liderar ese salto para impulsarlas más allá de sus límites actuales, hacia un futuro donde la innovación sea el motor de su crecimiento y transformación. El salto es una metáfora poderosa. Evoca la idea de superar obstáculos, de alcanzar nuevas alturas, de dejar atrás lo conocido para adentrarse en lo desconocido. En el mundo empresarial, el salto representa la capacidad de una organización para reinventarse, para adaptarse a un entorno cada vez más dinámico y competitivo. Para lanzarse es necesario contar con ciertos in