A principios de los ochenta, el cultivo de la viña y la producción de txakoli en Gipuzkoa se encontraba bajo mínimos y únicamente unas pocas familias se dedicaban al mismo, siendo 20 hectáreas de viñedo las existentes, de las que 17 se localizaban en Getaria y las tres restantes en Zarautz. Es en estos años cuando, un grupo de viticultores y bodegueros se asocian para trabajar conjuntamente y lograr el reconocimiento de la Denominación de Origen. Junto a ellos, tanto las administraciones vascas, Gobierno Vasco y Diputación Foral de Gipuzkoa, como el sector de la restauración y sociedades gastronómicas, trabajan con el objetivo de revaloriza