La empresa Lazpiur, de Bergara, fabrica maquinaria y utillaje para forja que, desde los 80, exporta al exterior. Inició su proceso de internacionalización “de forma casi involuntaria”, de la mano de la multinacional GKN y otras empresas, tanto americanas como europeas, en unas condiciones muy limitadas, “sin apenas estructura”, recuerda Miguel Lazpiur, director general de la compañía. “Prácticamente no teníamos acciones de marketing, no aparecíamos en revistas especializadas, ni presentábamos nuestros productos en ferias extranjeras. Se salía a vender con mucha timidez y mucho complejo”. El idioma fue una dificultad añadida, “porque solo un