“Desde un punto de vista nostálgico y retrospectivo ya han pasado más de 230 años desde que se tiene constancia del primer telar mecánico, asociado a la primera revolución industrial y donde se empezaron a incorporar equipos de producción mecánicos impulsados por energía. Es precisamente en el contexto de la primera revolución industrial donde se dieron al mismo tiempo innovaciones técnicas, que permitían sustituir las herramientas tradicionales por máquinas que trabajaban más rápido, y una formación intelectual práctica en las universidades que repercutía en la investigación y la experimentación. Todo ello supuso el primer paso hacia una