Una mentira repetida mil veces no se convierte en verdad. Y por mucho que el Gobierno, su Ministerio de Industria y su Secretaría de Estado de Energía repitan y califiquen a la retahíla de medidas regulatorias que han puesto en marcha como reforma eléctrica no la convierten en tal. La política energética del Gobierno o, mejor dicho, la ausencia de ella ha motivado una serie de medidas, todas recaudatorias y algunas retroactivas, que han llevado al sector de las energías renovables a una situación crítica, que sólo atisba un rayo de esperanza en las políticas medioambientales europeas. Gracias al esfuerzo público y privado el sector de las