Quizás el título suena paradójico pero, a fuerza de repetir el término Industria 4.0, podemos caer en una banalización sobre la profundidad de los cambios que tenemos que poner en marcha. Por ello, sería conveniente una reflexión para evaluar de manera real en qué medida ha calado en nuestro tejido empresarial el concepto, y lo que implica una empresa orientada al dato. En nuestra relación con el mercado, tanto en pyme como en gran empresa detectamos una definición difusa de los objetivos de transformación digital. Es cierto que hay un gran número de actos de presentación de tecnologías e incluso de experiencias concretas de digitalización,
Nos encontramos ante en un nuevo escenario industrial, enmarcado bajo lo que se ha denominado como Industria 4.0. Sin duda estamos en el comienzo de una transformación, que nos interpela a todos, poniendo el foco en lo digital; y asistimos a una avalancha de mensajes alrededor de diversas tecnologías, nuevos términos y, por qué no decirlo, una cierta prisa, ansiosa, que a veces puede quedar pretendidamente rupturista pero lejana a un objetivo real de transformación si no se aborda con fundamentos claros. Es en este punto donde quiero detenerme para que, compartiendo la necesidad de apostar por la acción, reflexionemos sobre algunos aspecto