El tejido industrial de Euskadi está conformado por un 93% de pequeñas y medianas empresas que, de forma colaborativa, participan en largas cadenas de valor, y labor, para construir juntos productos y servicios con un elevado nivel de calidad, reconocimiento y demanda internacional. Una máquina-herramienta, un motor, una grúa, un autobús, un ascensor, un coche, y ¡un pintxo!, son el resultado del intercambio de conocimiento e información para su diseño, aprovisionamiento, transformación, logística, ensamblaje y su posterior registro contable y fiscal, entre los diferentes agentes que conforman su cadena de valor. Estas cadenas están constr