Un suministro energético con estabilidad regulatoria

La industria siderúrgica, como el resto de las industrias electrointensivas estatales, precisa un suministro energético seguro, a precios competitivos y con una gran estabilidad regulatoria. Tanto en energía eléctrica como en gas se cumple el primer requisito, mientras que los otros dos distan mucho de estar en una situación aceptable, afirma la patronal siderúrgica.
La política energética ha sufrido entre 2012 y 2014 cinco reales decretos-leyes, tramitados después como leyes, dos reales decretos y doce órdenes ministeriales, lo que muestra que la reforma ha sido todo menos pausada y, quizás, también no muy reflexionada.
Pese a que lo esperable, del Gobierno y del legislador, habría sido que se garantizase un precio competitivo y razonable al consumidor industrial y doméstico, la realidad ha hecho, según pone de relieve Unesid, “que el foco se pusiera en la reducción del denominado déficit tarifario y en la salvación del llamado sistema eléctrico. Esto ha obligado a una modificación casi permanente de la regulación, creando incertidumbre e inseguridad entre los consumidores industriales”.
La industria siderúrgica no puede afrontar su supervivencia sin la estabilidad de precios que otorgarían los contratos bilaterales a largo plazo. Los consumidores, y en particular los electrointensivos precisan precios competitivos y estabilidad regulatoria, algo que el actual marco dista mucho de garantizarles.

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