Tubacex ha anunciado una reestructuración importante, sin descartar ajustes en el empleo, y aplazará aproximadamente la mitad de las inversiones de este año, debido a la crisis derivada del coronavirus. El grupo, aunque mantiene “una sólida posición financiera” cerrará con pérdidas este año y sus ventas serán “mucho más bajas” de los cerca de 800 millones avanzados inicialmente.
Estas previsiones las dieron a conocer el presidente de Tubacex, Álvaro Videgain, y su consejero delegado, Jesús Esmorís, en una rueda de prensa con motivo de la Junta de Accionistas celebrada de forma telemática.

En su comparecencia, hicieron balance de 2019, un ejercicio, tras años de crisis, “muy importante” en el avance de la estrategia del grupo. Tubacex cerró con unas ventas de 614 millones, un beneficio de 11 millones de euros y un Ebitda de 67,1 millones. En principio, 2020 y 2021 presentaban “muy buenas perspectivas”, con una recuperación “clara del sector”, tras años de “muy baja inversión”. No obstante, el coronavirus, que tendrá un “impacto muy negativo” en el negocio, ha trastocado las proyecciones.
Aunque desconocen el alcance que tendrá la pandemia en la empresa, el resultado del primer trimestre refleja unas pérdidas de 1,6 millones y Esmorís adelantó que lo que viene en el futuro “no va a ser mejor”, ya que los meses de abril y mayo han estado “muy afectados” y la cartera de pedidos es “muy baja”.