Europa lanzó a finales 2019 el Green Deal, en el que se apuesta por la economía circular, el hidrógeno, la electrificación, las energías renovables, la renovación de edificios, la preservación de los bosques y la descarbonización del transporte como algunos de los nuevos elementos en los que se centrarán las inversiones del Plan de Recuperación. Un Pacto Verde Europeo para ser climáticamente neutra en 2050, en donde cobran especial importancia las transiciones ecológica y energética.

La pandemia del covid ha acelerado estas transiciones de modo que se han colocado en el frontispicio del plan de recuperación a nivel continental y se han colocado como ejes en el programa marco Horizonte Europa. Así, el European Green Deal contiene un amplio conjunto de medidas para promover un mix energético basado en energías renovables, avanzar en la sostenibilidad del transporte, liderar un modelo industrial sostenible, eficiente y circular, etc
La pandemia del covid y sus efectos en el ámbito económico han acelerado esta transformación sostenible y energética, suponiendo un reto para el sector de la energía y del medio ambiente. Una de las consecuencias es que esto ha llevado a que empresas como Iberdrola hayan decidido adelantar sus planes de inversión en áreas innovadoras para intentar paliar la disminución de negocio que se ha generado a todos los niveles y entre sus múltiples provedores. Al tiempo que quiere jugar un papel activo en la recuperación. Así, Iberdrola anunció en noviembre su compromiso de invertir 75.000 millones de euros en los próximos cinco años para duplicar su capacidad de energías renovables y colaborar en el abandono mundial de los combustibles fósiles. También es importante el efecto tractor que Iberdrola ejerce sobre el tejido empresarial e industrial de Euskadi gracias a sus inversiones, que este año se han acelerado, hasta alcanzar los 10.000 millones de euros, casi duplicando la media de los últimos ejercicios. Para lograr este objetivo, adelantó pedidos en los últimos meses por 4.200 millones de euros a todos sus proveedores. En el País Vasco los proveedores han conseguido pedidos por casi 600 millones de euros desde inicios de 2019. El último fue al acuerdo con sus proveedores vascos de referencia (Ingeteam, Tamoin, Ormazabal-Velatia, Mesa y Grupo Arteche), para el suministro de equipos y servicios por 80 millones de euros.

En ese sentido, José Ignacio Hormaeche, director de la Asociación Clúster de Energía (ACE), destacó la importancia de la transición energética para la reactivación económica, más en un momento como el actual. Hormaeche destacó que los sectores como la energía renovable y la apuesta por la digitalización de la industria serán claves en esta nueva etapa.
Hay que recordar que el sector de la energía en Euskadi, una de las prioridades de la RIS 3 Euskadi, es uno de los más relevantes en la economía vasca, con cerca de 380 empresas que operan en alguna de las cadenas de valor asociadas a la energía y que representan del orden de 55.000 millones de facturación a nivel global, incluyendo las cifras de dos multinacionales con sede social en Euskadi como son Iberdrola y Siemens Gamesa. La producción en Euskadi alcanza los 14.000 millones de euros, más de 40% destinado a la exportación y es un sector que da empleo en el País Vasco a más de 23.000 personas y que realiza un gasto en I+D de unos 250 millones de euros al año.

En el campo de la energía se potencia la I+D tecnológica e industrial en las áreas marcadas por la Estrategia EnergiBasque a lo largo de todas las etapas de la cadena de valor, como son generación, transporte, almacenamiento, distribución, así como la industria auxiliar relacionada, aplicada a las diferentes fuentes de energía. En este caso se trata de la energía eléctrica, petróleo, gas y energías alternativas, que agrupan las áreas de la energía eólica, undimotriz, solar termoeléctrica, almacenamiento de energía, redes inteligentes, electrificación del transporte y gestión de servicios energéticos.
Energías renovables
El Ente Vasco de la Energía (EVE), la agencia energética del País Vasco encargada del desarrollo de estos proyectos y estrategias, ha destacado en los últimos años por enfocar sus esfuerzos en la introducción de las fuentes de energía renovables para conseguir la descarbonización y la dependencia del petróleo. Uno de los casos más relevantes es el aprovechamiento de las energías marinas con la planta de ensayo y generación de energía de olas con tecnología de Columna de Agua Oscilante instalada en Mutriku (Gipuzkoa), que ofrece una oportunidad única para el ensayo de nuevos conceptos de turbinas de aire, estrategias de control y equipamiento auxiliar; y BiMEP, una zona de ensayos en mar abierto, frente a las costas de Armintza (Bizkaia) con conexión a red para dispositivos de aprovechamiento de energía de las olas. Los dos últimos contratos de BiMEP los ha firmado con Saitec Offshore Technologies para la instalación del prototipo DemoSATH, cuyo proyecto iniciará las operaciones marinas en el tercer trimestre de 2021 con el testeo del primer aerogenerador marino flotante del país conectado a la red que utiliza la tecnología SATH; y con Wello, empresa de desarrollo tecnológico noruega, que instalará su captador de energía de las olas flotante.

Euskadi sigue manteniendo su apuesta por el gas natural como energía de transición desde los derivados del petróleo a las energías renovables más limpias. Y no dejan de crecer los ejemplos, como el de Petronor, empresa focalizada en la descarbonización para lograr alcanzar las cero emisiones netas en 2050 en su planta y que apuesta por el uso del Gas Natural Licuado (GNL) en el transporte marítimo como carburante en motores duales, que logra reduce las emisiones y ayuda al cumplimiento de la normativa de la Organización Marítima Internacional 2020 de limitar el contenido de azufre en los combustibles para uso marítimo. A causa de esta norma internacional se espera una demanda destacada en el área del suministro de gas como combustible (bunkering) tanto en puertos como en alta mar. En Euskadi existen tres proyectos, liderados por el Ente Vasco de la Energía (EVE), Remolcadores Ibaizabal e Itsas Gas Bunker Supply (EVE, Remolcadores Ibaizabal y Astilleros de Murueta).
Incidiendo en la descarbonización, Repsol ha iniciado la construcción de dos proyectos industriales punteros que desarrollará con la participación de destacados socios nacionales e internacionales, entre los que destacan Petronor y EVE. El primero, en el que invertirán un mínimo de 60 millones de euros, consiste en la construcción de una de las mayores plantas de producción de combustibles sintéticos cero emisiones netas del mundo a partir de ‘hidrógeno verde’, generado con energía renovable. La principal característica de estos novedosos combustibles es que se producen con agua y CO₂ como únicas materias primas y podrán utilizarse en motores de combustión como los que se utilizan en los automóviles, aviones o camiones y otras aplicaciones. El segundo proyecto, liderado por Petronor y que se ubicará junto al primero, supondrá una inversión inicial de 20 millones para una planta de generación de gas a partir de residuos urbanos. Este gas se empleará para sustituir parte del consumo de combustibles tradicionales que la refinería vasca utiliza en su proceso productivo.

El hidrógeno representa otra oportunidad para incidir en la descarbonización y, viendo la oportunidad, el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, y el presidente de Petronor, Emiliano López Atxurra, firmaron un acuerdo de colaboración para el impulso de un Hub Vasco del Hidrógeno y la economía circular, dos vectores clave para acometer el proceso de descarbonización. La colaboración público-privada entre ambas entidades supondrá la creación de una unidad dedicada al hidrógeno en el Energy Intelligence Center (EIC), en el Parque Tecnológico de Abanto.
En ese ámbito, Iberdrola ha puesto en marcha en Puertollano (Ciudad Real) la que será la mayor planta de hidrógeno verde para uso industrial en Europa a partir de fuentes 100% renovables. Estará integrada por una planta solar fotovoltaica de 100 MW.

También en Euskadi se potencian otras energías renovables como la solar, en la que EVE y Grupo Krean, junto a 26 empresas inversoras vascas, han construido el parque solar Ekian, en Arasur, que ayuda a la transición energética hacia un modelo más sostenible. Ekian se integra en la Estrategia Vasca de Energía y ayuda a conseguir la cota del 15% de generación de energía renovable en Euskadi, elevar el consumo de origen renovable hasta un 32% para 2030 y participar en la estrategia de especialización inteligente RIS3. Por su parte, Ekienea es la alianza entre Iberdrola, Grupo Mondragon, la Diputación Foral de Álava (DFA) y EVE para construir la mayor planta fotovoltaica de Euskadi, con 100 megavatios (MW) de potencia instalada y una inversión de 70 millones de euros.
En otro ámbito, compañías como Ingeteam y Ormazabal han desarrollado para Petronor-Repsol, con el apoyo de Ibil, la firma vasca participada por el EVE, el cargador para coches eléctricos más potente de Europa, que alcanza hasta 400 kW de potencia y permite recargar las baterías de un coche eléctrico en diez minutos. Esta electrolinera, en Ugaldebieta (Bizkaia) dispone de cuatro equipos de recarga dotados de cargadores ultra rápidos (Ultra Fast Charge (UFC) compuestos por semiconductores de carburo de silicio (SiC). Por su parte, Iberdrola también ha instalado varios nuevos puntos de recarga para vehículos eléctricos entre los que destacan los de la Irun (Gipuzkoa). El auge de las renovables implica también la necesidad de proveer de soluciones de almacenamiento, de transformación y de transmisión de la energía eléctrica. Junto a ello, se precisa digitalizar las redes, área en la que están compañías vascas tan cualificadas como Arteche, Velatia, ZIV, Zigor y Cegasa, además de los centros tecnológicos vascos agrupados en Tecnalia y IK-4.

Transición ecológica y economía circular
Por otro lado, las tecnologías involucradas en la denominada industria 4.0 son herramientas de gran utilidad para promover la transición ecológica en Euskadi. Así lo entiende Aclima, el Clúster vasco del Medio Ambiente, que promueve entre sus empresas vascas asociadas proyectos vinculados con la industria 4.0 como llave para seguir avanzando en la lucha contra el cambio climático desde el sector privado. Nos encontramos en un momento “crucial”, comenta Olga Martín, directora general de Aclima, que considera que el sector ambiental “no es ajeno a las oportunidades de tecnologías como IoT, el ‘big data’, la robótica, la inteligencia artificial, etc.”