Redes inteligentes sostenibles, seguras y eficientes mejorarán la calidad de vida

La digitalización de la red eléctrica facilita su gestión, cada vez más activa y compleja

Las redes eléctricas inteligentes optimizan los activos y minimizan los costes de la transición energética que viene y que afectará a empresas, servicios y la ciudadanía en general.

Los sistemas energéticos de todo el mundo sufrirán una transformación completa en las próximas décadas por el severo impacto que sobreviene al equilibrio climático y medioambiental. Las redes inteligentes eléctricas serán un elemento clave para integrar la generación distribuida, la microgeneración, el autoconsumo, las estaciones de recarga de vehículos eléctricos...

Las redes inteligentes son un sistema de distribución de energía apoyado en los avances tecnológicos que combinan los equipos eléctricos tradicionales, contadores electrónicos y sistemas de información y telecomunicaciones que permiten recibir la información a distancia. En estos momentos, el sector energético, y en particular las redes eléctricas, se enfrentan a un escenario de cambio con importantes retos, tales como promocionar nuevos servicios con mayor valor añadido para los clientes (cada vez mejor informados y sensibilizados), o disponer de la capacidad de interactuar con agentes que van a demandar nuevos servicios a la red (agregadores, generadores renovables, gestores de carga).
Las redes inteligentes de última generación son flexibles, seguras, eficientes y sostenibles. Precisamente, la digitalización de la red facilita su gestión, que cada vez va a ser más activa y compleja. La generación distribuida, la microgeneración, la integración masiva de las renovables y de recargas de los vehículos eléctricos requieren de redes eléctricas más complejas e inteligentes, en donde juegan un papel clave las TIC. Asimismo, la información recibida sobre el funcionamiento de la red –por tecnologías ‘big data’ y de análisis avanzado– optimizará las inversiones y mejorará su mantenimiento, así como digitalizar los procesos de atención al cliente.

Euskadi busca ser un referente tecnológico

a nivel mundial, para lo que está

invirtiendo 30 millones

Además, el avance de la electromovilidad requiere desarrollar los conceptos de precios y redes eléctricas inteligentes para optimizar los activos de red y minimizar los costes de la transición energética. A partir de 2020 todos los edificios y viviendas, tanto nuevos como rehabilitados, deberán ser de consumo casi nulo con autoconsumo y contar con infraestructura de recarga. La energía del vehículo eléctrico se integra en la energía del edificio.
El Gobierno vasco, en el desarrollo de la RIS3, ya marcó la energía como una de las tres áreas de especialización. Y dentro de este área las ‘smart grids’ es un ámbito de crecimiento, como han entendido empresas del sector y el propio clúster de Energía que, bajo la marca ‘smart grids Basque Country’ agrupa las capacidades industriales en este campo.

Los nuevos sistemas serán capaces de gestionar autoconsumo, renovables, microgeneración

y estaciones de recarga

El desarrollo en Euskadi de las ‘smart grids’ y la digitalización de las redes de distribución ha implicado como agentes tractores a Iberdrola y al Ente Vasco de la Energía (EVE), que desarrollaron el programa Bidelek Sarean, que sirvió para digitalizar las redes del País Vasco. Un proyecto que ahora ha evolucionado a Bidelek 4.0, para digitalizar las redes. Así, Iberdrola, el EVE y la Diputación Foral de Bizkaia, firmaron un protocolo de colaboración para seguir impulsando la transformación digital de la red de distribución eléctrica del País Vasco, con una inversión superior a los 30 millones de euros hasta el año 2020.
Más de 25 empresas participarán en este proyecto innovador, que será referente tecnológico a nivel mundial y promocionará a la industria de bienes de equipo y de infraestructuras energéticas de Euskadi.
Un esfuerzo al que se suman las actuaciones de las empresas, como Iberdrola que a través del proyecto Star ha instalado más de 10,8 millones de contadores digitales y ha dotado de capacidades de telegestión y automatización a 90.000 centros de transformación, con una inversión de 2.000 millones de euros.

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