Puente Bizkaia-Puente Colgante, el primero de una saga

En julio de 2006 el Puente Bizkaia fue declarado por la UNESCO ‘Patrimonio de la Humanidad’.

Bizkaia ha sido pionera en muchas cosas, una de ellas, que muchos vascos no sabemos, es que un grupo de vizcaínos de hace siglo y cuarto, con Alberto de Palacio a la cabeza, idearon, diseñaron, construyeron, pusieron en marcha y luego extendieron por el mundo, una novedad radical que el tiempo casi nos ha hecho olvidar: el puente trasbordador, de cuya saga, nuestro Puente Bizkaia es el número uno.
Esta modalidad de puente, surge con una vocación muy concreta y con un destino muy centrado en un entorno físico y de actividad: En el último cuarto del siglo XIX, el transporte marítimo se mecaniza y multiplica, los barcos se hacen mayores y simultanean la vela y el vapor, a la vez que la actividad portuaria y el poblamiento tienden a bajar hacia la línea de costa desde los puertos interiores. Estas tendencias transforman a los estuarios y partes finales de rías en hervideros de actividad.
En esta situación, no tardó en surgir el ingenio que resolvería la comunicación entre márgenes y que durante casi cuatro décadas fue la solución para ese problema: el Puente Trasbordador, mecanismo de cuyo tipo se construyeron una treintena en el mundo y que fue desplazado por el auge que del automóvil a mediados del siglo XX.
El concepto mismo del Puente Transbordador, es fruto de la conjunción de dos técnicas muy diferenciadas, la de creación de una estructura esbelta y resistente, por una parte, y la de puesta a punto de un sistema mecánico de traslación fiable, por otra. Los caprichos de la vida quisieron que un arquitecto vizcaíno que frecuentaba París, Alberto de Palacio y Elissagüe, concibiera y patentara en 1893 el primer Puente Transbordador del mundo, conjuntamente con Ferdinand Arnodín, en París.

Al ser de origen franco-español su diseño,

cálculo y construcción se desarrolló en el

Sistema Métrico Decimal y no en pulgadas

Una peculiaridad de estos puentes es que al ser su origen franco-español y no británico, como la mayor parte de los ingenios de la época, su diseño, cálculo y construcción se desarrolló totalmente en el Sistema Métrico Decimal y no en pulgadas. En el aspecto administrativo, los puentes trasbordadores recuperan en cierta manera una tradición antigua: el peaje que han de pagar quienes quieran cruzarlo. La explotación de los mismos era realizada por empresas concesionarias que a cambio de ese billetaje, los mantenían en perfecto uso de funcionamiento.
Aunque es difícil tener un dato exacto porque algunos se proyectaron y no se construyeron, otros no se terminaros, etc., se estima que fueron construidos unos treinta puentes de talla notable y probablemente muchos más modestos, siendo apenas veinte los que se hallan mínimamente documentados, seis en Francia, cinco en el Reino Unido, tres en Alemania, dos en Estados Unidos de América y solo uno en España, Rusia, Brasil, Argentina y Túnez.
El Puente Bizkaia, entre Portugalete y Getxo, es el precursor de todos los demás. Surgió por iniciativa particular en un momento de gran optimismo industrial y económico. Se inauguró en 1893 y funcionó ininterrumpidamente hasta ser objetivo militar en la Guerra Civil (1937) cuando se destruyó su tablero. Reconstruido en 1941, no ha cesado su servicio y actualmente es visitable para el público, que puede acceder a lo alto por dos ascensores. En julio de 2006 fue declarado por la UNESCO, ‘Patrimonio de la Humanidad’, en la modalidad de ‘Arquitectura Industrial’. Su estética, en la que se aprecia la componente de arquitectura, es la más equilibrada y armoniosa del conjunto de puentes de esta clase.
En 2003, en Portugalete se constituyó la 1ª Asociación de Puentes Transbordadores, presidida por nuestro Puente Bizkaia. Diez años después, estos ocho supervivientes han superado su talante puramente practico, se han convertido en importantes imanes turísticos y buscan ser declarados ‘Patrimonio de la Humanidad’.

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