Propuestas en materia económica de los candidatos a lehendakari por EAJ-PNV, EH Bildu, PSE-EE-PSOE y Elkarrekin Podemos

ESTRATEGIA EMPRESARIAL ha pedido a los partidos políticos con grupo parlamentario en la última legislatura conocer sus propuestas en materia económica y empresarial. Han respondido los candidatos a lehendakari de EAJ-PNV, EH Bildu, PSE-EE-PSOE y Elkarrekin Podemos. La transformación hacia una economía digital y descarbonizada, la firme apuesta por la industria y la inversión en I+D,  la mejora de los servicios públicos, la economía social o la colaboración público-privada son algunos de los ejes que figuran en los programas  electorales.

Imanol Pradales
Candidato a lehendakari por EAJ-PNV

“Industria y tecnología para hacer crecer Euskadi”

Resistencia y capacidad de adaptación. Posiblemente dos de las características más destacables de la industria y la sociedad vasca. Lo estamos demostrando ahora, en medio de una fortísima inestabilidad internacional. Estos últimos años las crisis se han acumulado una tras otra, dejando consecuencias sociales, económicas y también emocionales. Consecuencias graves, que difícilmente podríamos haber previsto, pero a las que hemos sido capaces de hacer frente.
La incertidumbre, lamentablemente, no va a desaparecer. Sin embargo, hay algo que sí está en nuestras manos: ofrecer seguridad, confianza y estabilidad desde las instituciones vascas. Y saber leer y aprovechar nuestras oportunidades.
La apuesta por la industria y la tecnología es fundamental y estamos ante un momento clave para la economía vasca. El mundo está cambiando muy deprisa y debemos ser capaces de anticipar de dónde vendrán los ingresos fiscales que soportarán las políticas y servicios públicos del futuro.
Necesitamos estrategia y ambición para abrir nuevas vías para la generación de esa riqueza, ingresos fiscales y la creación de empleos calidad. Se requiere de un compromiso político claro, un marco fiscal favorable y un ecosistema tecnológico e industrial que acompañe a la nueva economía. Pero hay un factor más. Y es fundamental: contar con la capacidad financiera suficiente para impulsar proyectos y captar oportunidades.
Hoy hay financiación latente en Euskadi que debemos activar y alinear hacia los proyectos y actividades que consideremos estratégicas para nuestra economía. Las fundaciones bancarias disponen de 1.000 millones de euros. El ahorro en las EPSV vascas supera los 27.000 millones. Instrumentos públicos como el Instituto Vasco de Finanzas o Finkatuz, más de 300 millones. Tenemos ‘family offices’, instrumentos financieros privados de la banca vasca…
Nuestra apuesta es poner foco y alinear fuerzas desde la colaboración público-privada para activar lo que algunos llaman el ‘Fondo Soberano vasco’. Debemos tener capacidad de abordar operaciones industriales y tecnológicas de crecimiento y arraigo. 
Y hay que estar preparados, porque vamos a tener nuevas oportunidades en la economía digital. Nueva economía ligada a la digitalización, la inteligencia artificial, la transición energética y ecológica, la economía plateada o la economía circular. 
Y, por encima de todo, hay que apoyar a las empresas. A las pequeñas, medianas y grandes empresas de este País. También a las y los autónomos, la economía social o las cooperativas de Euskadi.
El modelo EAJ-PNV huye del intervencionismo. Abraza la colaboración público-privada. Apostamos de manera decidida por activar la inversión pública para dinamizar la economía, mejorar nuestros servicios públicos y generar oportunidades de empleo. Ese es y será siempre nuestro modelo, porque a través del mismo estaremos mejorando la calidad de vida y el bienestar de las personas. Haciendo crecer Euskadi.

Pello Otxandiano 
Candidato a lehendakari por EH Bildu

“Liderazgo público para la transformación del tejido económico e industrial”

En los próximos años y décadas Araba, Bizkaia y Gipuzkoa van a tener que abordar la transformación de su sistema económico e industrial. El mundo avanza vertiginosamente hacia una economía digital y descarbonizada y no cabe permanecer ajenos a las enormes transformaciones que ya se están derivando de ese cambio de modelo.
Nuestro punto de partida como país no es catastrófico, pero es evidente que arrastramos las consecuencias de la renuncia del Gobierno vasco a impulsar una política industrial proactiva en esta última década. Los gobiernos de Urkullu se han dejado llevar por la inercia neoliberal, han dejado el liderazgo del desarrollo económico en manos del sector privado y lo ha apostado (casi) todo al fomento de grandes infraestructuras, un modelo caduco que descuida los ámbitos de desarrollo que son estratégicos en este momento histórico. ¿El resultado? La industria ha perdido peso y nos alejamos de las regiones europeas punteras en áreas clave como la I+D, al tiempo que el empleo, a pesar del descenso del paro, presenta problemas (precariedad, temporalidad) hasta el punto que muchas veces tener trabajo no evita el riesgo de pobreza.
Esa es la situación desde la que el tejido productivo de esta parte del país va a afrontar las transformaciones que se están produciendo en el seno de la globalización, la sustitución de fuentes fósiles de energía por renovables y el reto demográfico de una población envejecida. Ante ello, la apuesta pasa inexorablemente por transformar nuestro modelo económico e industrial y pasar a una economía digitalizada y circular impulsada por las energías renovables y, necesariamente, mucho más distributiva en cuanto a empleo y riqueza. Y ahí el papel de la Administración Pública no puede seguir siendo el de acompañar de forma acrítica al sector privado en sus apuestas estratégicas.
En este momento de grandes transformaciones el sector público tiene que coliderar las grandes apuestas de futuro de nuestro tejido económico e industrial. Tras largos años en que la colaboración público-privada se ha desequilibrado en favor de los intereses privados es hora de pasar a un modelo de colaboración equilibrado y responsable en el que el Gobierno vasco asuma un rol tractor de las transformaciones a realizar supeditando el interés particular a corto plazo al interés general a largo plazo.
La mirada estratégica del sector público, su intervención continuada para orientar la dirección de la transformación productiva, es una de las claves para una renovada política económica e industrial. Como también lo es articular, por fin, el Marco Vasco de Relaciones Laborales para modernizar nuestro mercado laboral según sus características propias y lograr una mejor distribución del empleo y la riqueza.
Y hay otras dos claves más para lo que debe ser la nueva política económica e industrial: la primera, una apuesta decidida por la renovación de nuestro sistema de conocimiento, reforzando la red vasca de ciencia, tecnología e innovación y la inversión en I+D; la segunda, el reforzamiento de nuestro sistema financiero potenciando el Instituto Vasco de Finanzas para avanzar en la creación de un sistema público que permita orientar el ahorro público hacia las necesidades sociales y la inversión productiva.

Eneko Andueza
Candidato a lehendakari por PSE-EE-PSOE

“Una verdadera política industrial para recuperar el liderazgo”

Con un descenso de la tasa de desempleo hasta el 7% y tras haber superado la barrera del millón de cotizantes, podemos decir que Euskadi va bien, que la Economía resiste. Pero no es suficiente, no podemos caer en la autocomplacencia porque también es evidente que hemos perdido centralidad, hemos dejado escapar tejido industrial y también el control de importantes empresas.
No hay política económica sin una verdadera política industrial. Aunque está aguantando, el sector muestra síntomas de agotamiento y, si queremos que Euskadi recupere la posición de liderazgo que tuvo en el pasado, debemos abordar sin demora reformas estructurales hasta conseguir que la Industria y los servicios avanzados superen el 40% del PIB.  
Apostamos por reforzar el gasto en I+D+i. No es asumible que a pesar de tener un PIB superior a la media europea estemos por debajo en materia de investigación e innovación. Y queremos potenciar el arraigo de nuestras empresas.  La prosperidad de Euskadi y su desarrollo económico están ligados al mantenimiento de sus centros industriales y empresariales. Para ello, planteamos impulsar la inversión en la empresa vasca de las fundaciones bancarias de las antiguas cajas de ahorro, reforzar el fondo Finkatuz y desarrollar la nueva Ley de Subvenciones para evitar deslocalizaciones.
Entre todas las transformaciones en que estamos inmersos, tiene especial trascendencia la transición energética, en la que debemos ver una oportunidad de negocio para nuestras empresas, con lo que ello significa para la creación de empleo de calidad, estable y bien remunerado. Es el momento de apoyar a todos los sectores que pueden verse afectados por esta transición. 
Un importante flanco a cubrir es la sucesión empresarial. El 70% de las empresas familiares no llegan a la tercera generación y esto resulta especialmente perjudicial en una economía que tiene en la empresa familiar su columna vertebral. Los datos hablan por sí solos. De los cerca de 80.000 autónomos que tenemos en Euskadi, el 33% está cerca de la jubilación. No podemos perder este nicho de riqueza y, por ello, es fundamental garantizar procesos de transmisión empresarial como los que hemos abordado en la Diputación de Bizkaia, programas que queremos extender a todo Euskadi.
No podemos olvidar otro sector tractor como es el Turismo. Planteamos una tasa turística para lograr un Turismo responsable, tributo que será finalista de forma que lo recaudado vaya destinado al refuerzo de las políticas turísticas.
En un escenario de incertidumbre que afecta a todas las economías del mundo, los Socialistas Vascos tenemos una hoja de ruta clara para promover un crecimiento económico sostenible en Euskadi, un crecimiento que tiene que ir vinculado a la cohesión social y la redistribución de la riqueza.

Miren Gorrotxategi
Candidata a lehendakari por Elkarrekin Podemos

“Una economía social y verde”

En Elkarrekin Podemos sabíamos que nuestro programa electoral para la próxima legislatura, ante el deterioro de nuestros servicios públicos, la pérdida progresiva de arraigo de nuestros sectores estratégicos, la pérdida de competitividad de nuestra economía, la inclinación a recetas neoliberales que se han demostrado fracasadas, debía ir más allá de medidas meramente cosméticas y cortoplacistas. Euskadi está demandando un cambio de políticas, un cambio de modelo de país. Y un cambio de modelo de país parte de un cambio de modelo económico.
A los más conservadores no les gustará que una fuerza de izquierdas como Elkarrekin Podemos, que siempre ha demostrado valentía a la hora de hacer política, hable de cambiar el modelo económico de Euskadi. Pero nuestra propuesta no es ninguna amenaza para el tejido empresarial vasco. Todo lo contrario: es una apuesta por la economía social hecha precisamente sobre nuestra tradición industrial innovadora y cooperativista, y para defender nuestras empresas locales frente a multinacionales extranjeras o fondos de inversión. Ése es el ADN vasco, pero se está poniendo en peligro por una desindustrialización y terciarización de la economía absolutamente irresponsable. 
Dijo Keynes que el objetivo de la política económica debe ser aumentar el bienestar general y no sólo el crecimiento del PIB. Elkarrekin Podemos dirigiremos la iniciativa económica hacia el interés general asumiendo que sólo un cambio de paradigma en nuestro sistema de producción y consumo que proteja la industria local, y una hoja de ruta para democratizar la energía (seguimos exigiendo la creación de una Empresa Pública de Energía Vasca), deben ser la base de las tan comentadas como necesarias transición ecológica y transformación de nuestro modelo productivo.
Para ello, favoreceremos las empresas participadas promoviendo la participación institucional en industrias consideradas de interés estratégico con el objetivo de fortalecer su capacidad competitiva, su arraigo territorial y su contribución al desarrollo regional. Blindaremos las empresas con accionariado público vasco para proteger el empleo e impedir que pasen a manos de fondos de inversión. Y por supuesto, incrementaremos la financiación destinada a la I+D+i hasta alcanzar el objetivo del 3% del PIB, porque de ello depende nuestra industria, nuestra transición energética y nuestro futuro. Es nuestra apuesta por una democracia económica que pretende ir más allá de políticas asistenciales. Se trata de incidir no sólo en el reparto de la riqueza, también en su generación. 

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