El pasado ejercicio fue “un año que recordaremos en Orbea”. La previsión de crecimiento al comenzar el año era de un 8%, y lo finalizó con un 20% más de facturación que en 2016. Así lo confirman Jon Fernández, director general, y Gonzalo García de Salazar, Global Sales manager de Orbea, respectivamente, en la página web de la empresa. Las claves de este crecimiento han estado en la personalización de las bicicletas, que “está siendo recibida por los usuarios de manera muy favorable”; en la fabricación propia, sin subcontratar producción; en el tirón de los mercados de Europa y Estados Unidos; y en la recuperación del mercado español, donde ha crecido cerca de un 10%.

En cuanto a producto, “tanto las gamas altas -en todas sus categorías: carretera, MTB…- como las bicis eléctricas, son dos importantes palancas” de crecimiento de Orbea.

Orbea del futuro
Ahora, el objetivo es preparar a la organización para asumir estos niveles de incremento de manera sostenida en el tiempo. Jon Fernández apunta que se debe “planificar la organización para que pueda asimilar crecimientos de 15% anual durante 10 años”. Además, es necesario adaptarse culturalmente “para pasar de ser una compañía de 60-70 millones a ser una compañía de 150 millones, que es nuestro objetivo de facturación para Orbea en el futuro”. “Eso se puede hacer subcontratando la fabricación, o paulatinamente, integrando el crecimiento en la cultura de la organización -afirma Fernández-. En eso estamos trabajando actualmente, en ser capaces de tener una organización que factura de una manera estable el doble de lo que hemos estado facturando hasta hace dos años”.
Con este objetivo está en marcha el proyecto Orbea (R)Evolution, gracias al cual va a ganar en eficiencia, innovación y competitividad. Así, se va a renovar la planta de fabricación de Mallabia. “La nueva instalación de pintura y las nuevas líneas de montaje, que son el siguiente gran paso del proyecto Orbea (R)Evolution, son las que nos van a permitir dar ese gran salto”, finaliza García de Salazar.