Los Seguros Individuales de Ahorro a Largo Plazo que han empezado a comercializarse este año a partir de la última reforma fiscal, se están convirtiendo en una alternativa de ahorro interesante para quienes buscan básicamente una ventaja fiscal. Entre enero y septiembre, el volumen invertido en este tipo de producto por los ahorradores superaba los 595 millones de euros.
Los Planes de Ahorro a Largo Plazo tienen como principal objetivo incentivar el ahorro privado para la jubilación. Se dirigen fundamentalmente a clientes conservadores sin mucho margen de ahorro y que buscan una rentabilidad a largo plazo. Son productos con unos intereses normalmente bajos, que se pueden contratar bien como un Seguro Individual de vida a Largo Plazo (SIALP) o como una Cuenta Individual de Ahorro a Largo Plazo (CIALP), comercializados en el primer caso por las compañías aseguradoras y en el segundo, por entidades financieras.

Estos productos se contratan por un mínimo de cinco años y las aportaciones anuales no pueden superar los 5.000 euros. Su principal atractivo es que ambos están fiscalmente exentos si se mantienen activos durante cinco años, se hacen las correspondientes aportaciones y no se dispone del capital durante ese tiempo.
Mapfre ha sido una de las primeras compañías en comercializar este producto, realizando en los nueve primeros meses del año más de 27.500 operaciones de este tipo, por un importe de 104 millones de euros.