La deriva que en los últimos años ha tenido el sistema de pensiones de la Seguridad Social y, sobre todo, las perspectivas de futuro del mismo, han contribuido a generar toda una industria alrededor del ahorro complementario a la pensión de jubilación que, aunque todavía de manera incipiente, poco a poco va calando en la sociedad. Y es que aunque el 81% de los españoles considera aconsejable ahorrar para la jubilación, de momento únicamente un 28% lo está haciendo, a través de productos como los planes de previsión, los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS), las rentas vitalicias y temporales, los fondos cotizados e incluso la inversión en Bolsa, vias más frecuentes para canalizar el ahorro de los inversores.
Ahorro que entidades financieras y aseguradoras tratan de captar antes de fin de año, desplegando un abanico de productos a la medida de cada perfil inversor. Las EPSV son, dentro de este amplio catálogo, los planes de ahorro-previsión más ‘populares’ en Euskadi.
De más a menos riesgo
Amparadas en la ley 5/2012 sobre Entidades de Previsión Social Voluntaria y desarrolladas en el Reglamento aprobado en 2015, su normativa desarrolla un nuevo concepto de ‘ciclo de vida’ que entrará en vigor el próximo 1 de enero de 2018, estableciendo una modalidad de planificación financiera cerrada, ajustando el riesgo de la cartera en que están invertidos a medida que se acerca la fecha de la jubilación. De esta forma, en edades tempranas, cuanto más tiempo queda para el retiro, las aportaciones se dirigirán más hacia activos de bolsa, más arriesgados, y más en renta fija cuanto más cerca esté la jubilación. No obstante, quienes tengan contratada con anterioridad una EPSV en cualquier entidad mantendrán su derecho a no acogerse a este esquema, pudiendo seguir ejerciendo en todo momento el control sobre el perfil de sus inversiones. En cualquier caso, afirman desde las entidades, es necesario que el inversor analice y se deje asesorar.