Desde hace no mucho tiempo, son varios cientos las personas que, cada año, intentan alcanzar la cumbre del Everest. Sorprende el hecho de que muchas de ellas no son alpinistas y apenas han intentado subir otras montañas menos exigentes, pero aún así emprenden la empresa invirtiendo cantidades considerables de dinero y esfuerzo, asumiendo riesgos de los que seguramente no son plenamente conscientes, deslumbradas por el mito que representa esta montaña, como si el ser la más alta hiciera irrelevantes al resto de montañas y cordilleras.

La realidad es que existen cientos, miles de montañas de menos de 8.000 metros, muchas apenas exploradas, y una inmensa posibilidad de actividades, enfoques y formas de disfrutar de la montaña, con las que conseguir grandes logros practicando el alpinismo.

De manera similar, cuando pensamos en la innovación nos pueden deslumbrar las innovaciones tecnológicas y disruptivas, y hemos de ser conscientes de que existen otros enfoque avanzados, en línea con el Manual de Oslo (OCDE, Eurostat 2018), que otorgan un papel especialmente relevante a la innovación de procesos, es decir, al establecimiento de nuevos procesos o de procesos mejorados, que son el soporte que permite que una organización pase de hacer alguna innovación puntual a ser una organización innovadora, capaz de conseguir la cada vez más necesaria innovación continua. 

Porque la innovación de proceso está totalmente vinculada con los enfoques y principios de la gestión avanzada, y explica en buena medida la mayor productividad y competitividad de muchas organizaciones. Sólidos estudios científicos (Bloom et al., 2019) que analizan la relación entre la gestión y la competitividad, concluyen que un mayor nivel de gestión se relaciona con mejores resultados e indicadores de innovación, más patentes y gasto en I+D. 

“Herramientas como el Modelo de Gestión Avanzada o programas institucionales como Kudeabide nos entrenan y nos permiten convertirnos en mejores alpinistas de la innovación”

Con herramientas como el Modelo de Gestión Avanzada, y a través de programas institucionales como Kudeabide, Euskalit une su esfuerzo al de responsables de las empresas vascas y de los agentes que conforman el ecosistema de la innovación, para desplegar esos enfoques y que nuestras organizaciones adquieran las capacidades técnicas, creativas y estratégicas, así como la cultura organizativa de aprendizaje continuo, trabajo en equipo, experimentación y gestión del riesgo que requiere la innovación de procesos. Enfoques que nos entrenan y nos permiten convertirnos en mejores alpinistas de la innovación, con capacidad para ascender a multitud de picos retadores, incluso quizás algún día al Everest.
Las mediciones y comparaciones realizadas a nivel internacional, como el último informe del RIS (Regional Innovation Scoreboard) con datos de 2023, muestran que vamos por el buen camino, que escalamos posiciones cada vez más altas. Pero aún nos quedan cumbres que alcanzar, pues en Euskadi tenemos el reto de elevar el porcentaje de pymes innovadoras y de incrementar la inversión en actividades para la innovación como el diseño, el marketing, la gestión de la propiedad intelectual e industrial o la formación. 

Nuestras empresas y organizaciones deben ser capaces de desenvolverse en todos los terrenos, innovando en productos y también en procesos, de manera disruptiva y continua. Para ello, los enfoques y herramientas de la gestión avanzada son un factor clave, un campo base necesario a partir del cual la innovación nos permitirá anticiparnos a las necesidades y expectativas de sus clientes, diferenciarnos de la competencia, aumentar la eficiencia y rentabilidad, y generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente.