Laboral Kutxa cerró el pasado ejercicio 2016 con un beneficio consolidado de 111,3 millones de euros, un 0,9% más que el año anterior lo que supone un ROE del 7,2%, “uno de los más elevados del sector en la actual coyuntura”, tal y como han destacado desde la entidad financiera.
En un contexto “de máxima exigencia”, caracterizado por un entorno de tipos “extremadamente bajo” y continuos cambios regulatorios, los márgenes han continuado afectados por una curva de tipos de interés que apenas se eleva del 0%. La cuenta de resultados presenta un margen de intereses situado en 271 millones.
La entidad pudo compensar la caída de márgenes con un exigente control de los costes, que el pasado año se redujeron en 3,1 millones de euros, y con una “notable mejora” en la calidad de los créditos, que se ha reflejado en una menor necesidad de nuevas coberturas para deterioros e insolvencias, que alcanzaron los 33,3 millones.
Al igual que en los últimos años, la cooperativa de crédito continuó fortaleciendo su balance presentando a cierre de ejercicio “uno de los más altos niveles de solvencia del sector”, cifrado en un 16,91%, algo que para la entidad “cobra especial relevancia si se tiene en cuenta el reciente proceso de revisión y evaluación de exigencias de capital del sistema financiero.
En este sentido, los requerimientos asignados a Laboral Ku-txa establecen unos ratios mínimos del 7,38% para el cálculo CET1, y del 10,88% para la medida de solvencia total. En cuanto a la evolución del negocio bancario, los recursos intermediados a 31 de diciembre ascendían a 19.619 millones de euros, con un aumento del 4,62%, mientras la inversión crediticia llegaba a 13.433 millones. La tasa de mora se situaba en el 5,82%, dato inferior en 158 puntos básicos a la propia morosidad de 2015 (7,4%), reduciendo en un 23% sus activos dudosos.