“La tecnología es la nueva geopolítica”

Cristina Oyón, directora de Tecnología, Innovación y Sostenibilidad. Grupo SPRI

Cristina Oyón, directora de Tecnología, Innovación y Sostenibilidad. Grupo SPRI Foto: Grupo SPRI

Europa aspira a convertirse en el líder mundial en desarrollo industrial sostenible, convirtiendo el objetivo de alcanzar emisiones netas cero en 2050 en el motor de desarrollo económico del continente. La transición energética gana todo el espacio en la agenda económica europea con el Pacto Verde Europeo.

El complejo proceso de transición energética constituye una gran oportunidad para crecer como líderes en segmentos de mercado en determinadas energías renovables, en redes eléctricas o en movilidad sostenible, y para conducir a la industria intensiva en energía, punto de partida de muchas cadenas de valor manufactureras, hacia la fabricación de materiales de forma sostenible. La estrategia industrial europea busca de esta forma construir potentes ecosistemas industriales basados en tecnología, innovación y sostenibilidad.

Pero la secuencia de crisis que estamos sufriendo y las consecuentes interrupciones de las cadenas de valor y aumento del precio de las materias primas en los últimos dos años han puesto de manifiesto la dependencia de la Unión Europea en productos y tecnologías necesarios para impulsar la capacidad europea para liderar la reducción de las emisiones de carbono. La Comisión Europea adapta su estrategia industrial publicada en febrero de 2020 y con el apoyo del Foro Industrial, compuesto por representantes del ámbito público y privado de los 14 ecosistemas industriales priorizados, ha analizado los ámbitos donde Europa se enfrenta a dependencias estratégicas de terceros países que pueden interferir en el desarrollo de la industria eólica, solar, las bombas de calor y los electrolizadores de hidrógeno necesarios para abordar la transición energética.

Varias de las dependencias estratégicas identificadas que podrían dar lugar a vulnerabilidades (materias primas críticas, como tierras raras y magnesio y los paneles fotovoltaicos) provienen de una fuerte concentración de su producción mundial en China, con opciones limitadas para la diversificación de la oferta dentro de la UE. También se identifican dependencias para una serie de productos químicos clave que alimentan otras cadenas de valor y en servicios de ciberseguridad y software, que pueden hacer que Europa se vuelva más dependiente de proveedores de un número limitado de economías para el acceso a tecnologías críticas en estas áreas.

La búsqueda de una autonomía estratégica que le permita alinear desarrollo tecnológico con la descarbonización de la economía lleva a Europa a una nueva estrategia geopolítica, ya no centrada solo en la relación entre el poder político y el espacio geográfico.

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